Audiocuento.com.ar y Audioteca son dos opciones para escuchar los mejores cuentos de la literatura argentina, en voces especialmente elegidas. Conocé ambas propuestas y algunos de los cuentos disponibles, mientras pensás cuál vas a elegir.

¿Cómo leer cuando sentimos que no tenemos tiempo? El trabajo, las redes sociales y las plataformas de streaming, que nos abruman con todas sus opciones, hacen que la idea de sentarnos con un libro en la mano nos parezca cada vez más inalcanzable. Si elegimos una novela, además, debemos contar con que ese paréntesis de ocio y tranquilidad se repita por unos cuantos días.

Quizás, una buena alternativa sea remontarnos a los orígenes, a la oralidad. Volver a la prehistoria de los relatos alrededor del fuego o a los cuentos que nos contaban antes de dormir. Aquí te presentamos dos páginas con audiocuentos de autores argentinos y una pequeña selección de relatos, para que los escuches en el sofá con los ojos cerrados o mientras desinfectás las compras al volver a casa.

audiocuento.com.ar

Es un proyecto de Una brecha y el Grupo Heterónimos. En esta página podés encontrar casi 80 audiocuentos de autores argentinos contemporáneos, leídos e ilustrados a partir de una convocatoria regular. Hay cuentos de Gabriela Cabezón Cámara, Esther Cross, Marcelo Figueras y Agustina Bazterrica, entre otros. Quienes leyeron e ilustraron, así como los autores y autoras, tienen su biografía en el sitio, lo que hace posible conocerlos mejor.

Si no sabés por dónde empezar, te recomendamos:

Mis padres y mis hijos (Samanta Schweblin)

Mis padres y mis hijos de Samanta Schweblin, leído por Nicolás Hochman e ilustrado por Leticia Paolantonio.

Marga y Javier están separados. Hace 3 meses que él no ve a sus hijos, así que ella lo invita a pasar las vacaciones juntos. También están Charly, la nueva pareja de Marga, y los padres de Javier, que corren desnudos y seniles por el jardín mientras juegan con una manguera. No parece buena idea dejar solos a los niños con ellos. 

El relato está narrado desde la perspectiva de Javier, padre e hijo, puente que une dos generaciones que se separan tanto que al final parecen encontrarse. Es un cuento ambiguo, que navega entre la tristeza y la risa, la rabia y la ternura. Extraña y a la vez saca una sonrisa, como esos viejos que juegan despreocupados y quizá felices.

Kovac (Patricia Suárez)

Kovac de Patricia Suárez se escucha en la voz de Mariana Collante y se aprecia en la ilustración de Niko.

Un cuento difícil de clasificar, que merodea la literatura infantojuvenil sin teminar de instalarse ahí, sin moralejas, con un narrador que interpela directamente al lector (“Ya sé lo que pasará, que yo les voy a contar esta historia y ustedes no me la creerán ni un millón de años”) para contarle la historia de Ernesto (Kovac), un chico de 14 años obsesionado con Britney Spears, que decide colarse en el hotel donde se hospeda la cantante. Kovac consigue llegar hasta su habitación, esconderse y espiarla. Lo que va a descubrir es tan increíble que nos dejará preguntándonos si miente, si está loco o si dice la verdad. Y todo es posible, porque ya sabemos cómo son los artistas: gente rara.

Deuda o desgracia (Jorge Consiglio)

Leticia Paolantonio ilustra Deuda o desgracia de Jorge Consiglio, leído por Carlos Borrego.

El retrato de Padilla (“el francés”), un hombre mediocre y violento que luego de ser echado de su trabajo por ladrón pasa el tiempo entre la depresión, la dejadez y el hartazgo. “En la penumbra, Padilla fluía blando y húmedo. Un fantasma ácido y remoto”, dice el narrador, que conoció a Padilla y cuenta con una imparcialidad desesperante sus hurtos en el colectivo y la violación a una empleada doméstica al volver del velorio de la madre de su novia. Hay cierta fascinación detrás de la minuciosidad con que el narrador observa a Padilla (hasta parece que sabe todo de él) y nos cuenta ese destino inevitable, tal vez el único posible para un personaje insignificante y al mismo tiempo tan real que casi lo podemos tocar.

Audioteca

Lanzada en 2015 por el Ministerio de Cultura de la Nación, contiene alrededor de 30 cuentos de autores argentinos, interpretados por reconocidos actores y actrices. Cuenta con la dirección de Lucrecia Martel y la curaduría de Graciela Speranza, y se puede encontrar fácilmente en Spotify En la página del CCK puede consultarse una lista de todos los relatos. Hay cuentos de César Aira, Haroldo Conti, Hebe Uhart, Ricardo Piglia y Sara Gallardo, entre otros. Nuestros elegidos son:

Caballo en el salitral (Antonio di Benedetto por Marco Antonio Caponi)

  • Marco Antonio Caponi lee el cuento Caballo en el salitral.

La prosa de di Benedetto tiene algo de poesía, y a la poesía le viene bien la oralidad. Este cuento es un relato sobre la soledad, la pobreza, la muerte y la fuerza de la vida abriéndose paso a pesar de todo. Dos muertes, una casi instantánea y otra lenta, unen a un hombre y a su caballo en un destino común. Recuerda a Horacio Quiroga esa descripción de una naturaleza implacable, que sigue sus propias leyes y contra la que personas y animales luchan en vano. Este cuento, sin embargo, elige la esperanza de encontrar cierto sentido, cierta belleza, aún en medio de la tragedia.

La casa de azúcar (Silvina Ocampo por Cristina Banegas)

  • Silvina Ocampo corre por cuenta de Cristina Banegas.

Cristina, una mujer supersticiosa y obsesiva, se muda con su esposo (el narrador) a una nueva casa. Él la engaña para hacerle creer que nunca nadie vivió allí, porque “según sus creencias, el destino de los ocupantes anteriores influiría sobre su vida”. Cuando Cristina comienza a ser confundida con Violeta, la mujer que solía vivir en la casa, su mundo de azúcar resulta infiltrado, hasta el punto en que se borran los límites entre su identidad y esa vida que parece querer ocupar su lugar. Pero ¿quién está realmente invadiendo a quién? Este cuento es un clásico de la obra de Silvina Ocampo y tiene los elementos típicos del relato fantástico: la casa “embrujada”, lo siniestro (lo familiar que se vuelve extraño), la figura del doble y la indeterminación, que deja al lector preguntándose si habrá una explicación lógica para lo que acaba de leer.

Japonés (Rodolfo Fogwill por Luis Ziembrowski)

  • Luis Ziembrowski lee Japonés de Fogwill.

Con una mezcla entre el relato fantástico, el terror y el policial, este cuento nos lleva en un barco con los protagonistas (el japonés y el narrador) desde Mar del Plata a la costa brasileña. Fogwill sabía de navegación y eso ayuda a crear el clima del relato: pareciera que estamos ahí con ellos, enfrentándonos al peligro constante del naufragio. Sin embargo, así como “el japonés” no es japonés, nos invade la sensación de que nada es lo que parece. ¿Qué es real, qué es sueño, qué es mentira, qué es locura? ¿Podemos confiar en el narrador? “Japonés” se mantiene constantemente en la indeterminación. Como ese personaje cuyo destino ignoramos, todo se cubre con un manto de niebla.