El músico iba a presentar en vivo el próximo sábado su sexto disco, Eterna risa. Las nuevas medidas tomadas por la pandemia postergaron los planes. Sin embargo, esto es lo que charló con Zibilia el folklorista.

“La música tiene que ser libre y tener vida propia”, afirma el popular folklorista Bruno Arias, quien desde hace más de una década decidió apostar por la autogestión con el objetivo desarrollar una carrera sin limitaciones y así poder reinventarse disco a disco. El músico y compositor prioriza la autenticidad por sobre el éxito comercial.

“Si puedo no depender de nadie para mí es mejor”, dice Arias en referencia a los sellos y a las productoras con los que supo lidiar en algún momento de su carrera. “Hay veces que me he perdido grandes galas donde la única forma de acceder es estando asociado a alguna empresa”, reconoce el jujeño desde su casa en la ciudad de Caseros, provincia de Buenos Aires.

Acostumbrado a girar por todo el país, en el último tiempo perdió regularidad en los escenarios, motivo por el cuál no ha podido tocar en vivo su sexto disco, Eterna Risa. El próximo sábado 24 de abril iba a ser la fecha del reencuentro con su público, en el Patio del Konex, pero las medidas tomadas esta semana frente a la pandemia, llevaron a suspender momentáneamente el concierto.

De todas formas, Zibilia entrevistó a Bruno Arias unos días antes antes de la noticia; así que el recital, después de tantos meses era uno de los temas obligados.

El último disco, el sexto, Eterna risa.

¿Qué te produce volver a tocar con tu banda después de tanto tiempo?

Es una alegría inmensa poder presentar mi último disco. Había quedado pendiente la presentación oficial. Desde que salió solo pude tocar algunas canciones en el escenario principal de Cosquín y en algunas ciudades del interior. La idea de este show es tocarlo tal como lo grabamos, con los mismos músicos. Ojalá que la gente pueda asistir. Sé que está todo complicado pero el lugar cumple con todos los protocolos y es al aire libre. Espero que no nos suspendan el show porque últimamente hay poco trabajo.

¿Con este álbum sentís que cerrás una nueva etapa?

Sí, la idea es terminar esta etapa y comenzar con lo nuevo. Siempre trato de renovarme. Disco a disco me gusta cambiar el sonido para que en un futuro todos mis álbumes no suenen parecido. Creo que para un artista es fundamental no quedarse con la fórmula que funciona y proponer algo distinto. Hay que ser honesto con los sentimientos.

Muchas de tus canciones surgieron a través de viajes, de conocer distintas culturas a lo largo y ancho del país, del encuentro con el otro. ¿Dónde buscás la inspiración hoy en día?

Actualmente estoy tratando de componer de forma más comunitaria, en conjunto con músicos, cantautores y poetas. De esta forma salieron algunas de mis últimas canciones, como la que hice para el bicentenario del fallecimiento de Manuel Belgrano o “Hermanos de Malvinas”, en homenaje a los caídos y ex combatientes. También estoy rescatando algunas letras viejas que tenía para tratar de musicalizarlas. Creo que la composición tiene que ser algo espontáneo que surja y que brote, sin pensar tanto.

No sólo escribiste nuevos temas referidos a nuestra historia, también pudiste crear canciones relacionadas con la pandemia. ¿Cómo surgieron?

Sí, hice dos temas en relación a todo esto que estamos viviendo. Uno se llama “Respiro la vida” que grabé con Lito Vitale en su programa. Después también hice una chacarera que todavía no se publicó: “Levantándote” es la historia de una persona que le dedica una canción a un amigo que perdió a sus familiares por la pandemia. Para esta canción le pedí ayuda a al poeta Hugo Valle. Siempre trato de trabajar con poetas porque mis letras van más al choque, al hueso. Y entonces, ellos, con el poder de sus palabras, me ayudan a adornar mis historias. No es que sienta que no me da al cuero para escribir una canción solo, pero en esta época de pandemia me acostumbré a trabajar así.

¿Cuál es tu relación con las nuevas plataformas digitales? ¿Escuchás música en Spotify?

No me llevo muy bien con Spotify. Creo que la música tiene que ser libre y las plataformas digitales en muchas ocasiones no ayudan. Si alguien quiere subir un video con mi música y esa canción ya está registrada desde la plataforma te la censuran. Monopolizan las escuchas y les quitan viaje a las obras. Pero bueno, uno no puede estar afuera de un lugar en donde la gente busca las canciones. Eso ya sería quedarme afuera de muchas cosas.

¿Hay algún artista de las nuevas generaciones que te haya llamado la atención?

Hay muchos artistas jóvenes que vienen pisando fuerte. En mi pueblo (El Carmen) hay uno que se llama Becho Riveiro, que viene haciendo las cosas muy bien, creciendo despacio. Después hay otros changuitos muy talentosos como Matías Morales, Gerónimo Ferreiro, que también me gustan mucho. La última ganadora de Cosquín, Silvana Galli, toca con sus hijos jóvenes y la rompen. Hay mucho talento en el folklore local.

¿Y por fuera del palo del folklore?

Me han gustado mucho Trueno y Wos. Es otro sonido, otra onda. Son chicos muy talentosos que encontraron una nueva forma de expresión en la música. Está bueno que eso suceda. Espero que dure y no sea solo una tendencia de los tiempos que corren.

Tu música suena en radios, en playlists, en programas de televisión y en marchas a favor de los pueblos originarios o en contra de la megaminería. ¿Por qué crees que tu obra se volvió tan popular?

Creo que la canción va teniendo un destino propio que va más allá de lo que yo decida. Esa es la magia de la música, que uno no imagina hasta dónde puede llegar. Lo que sí tengo claro es hacia donde yo quiero ir y desde donde hago mi música. Vengo de una provincia que tiene una diversidad cultural fuerte. Me interesa transmitir las vivencias de la gente, para mí es más importante eso que sonar en la playlist más escuchada del mundo.

¿Cómo ves la situación actual de los pueblos originarios? ¿Crees que cambió algo con el nuevo gobierno?

Con el nuevo gobierno hubo un cambio. Volvieron voces que con el gobierno anterior no estaban. Se le está dando más lugar a la cultura. De todas formas, no puedo dar una opinión objetiva porque justo vino la pandemia y hay una crisis mundial donde a cualquier gobierno se le está haciendo cuesta arriba. Estoy a favor de este modelo de gobierno pero no defiendo personas. Y no me parece muy bien lo que pasa en Formosa con las mujeres originarias o en Jujuy con la censura y la falta de libre expresión para cualquiera que quiera reclamar lo que crea no es justo. Históricamente hay una asignatura pendiente con nuestros recursos naturales, entiendo que hay que mediar con todo eso en tiempos de pandemia y buscar una forma de que haya ingreso en nuestro país.