Alan Berry Rhys ha transitado un camino activo y constante hacia la búsqueda de una identidad propia como diseñador y artista. Es por eso que sus trabajos, ya sea que se encuentren en la etiqueta de un vino o en una galería de arte, demuestran tener sello propio. Como diseñador está vinculado con varias marcas gastronómicas y de indumentaria entre otras, mientras que como artista visual hace varios años que construye su carrera a nivel local e internacional, resaltando un fuerte interés por el grabado y la pintura e incorporando elementos como el lettering y los colores saturados. 

De esta manera nos introduce en su particular universo, una cruza entre el folklore local con resonancias del litoral y la publicidad gráfica vintage entre otras cosas. A punto de inaugurar una muestra en Brasil, también se encuentra produciendo una nueva serie de serigrafías junto a Quorum, una tienda de arte en el corazón de San Telmo, que dirijo junto a mis socios, desde donde con grato asombro observamos como las obras de Alan conquistan a personas de todas partes del mundo. 

¿Cómo definirías tú obra y qué historias contas a través de ellas?

Creo que mí trabajo es una obra gráfica que viene de la formación que tengo como diseñador. Me inspiran las comunicaciones publicitarias callejeras y populares producidas por gente que no tiene una formación gráfica formal. Es ahí donde encuentro una potencia que me enloquece. Disfruto de contar historias que me pasan o que me cuentan otros cuando voy a pescar con amigos al Paraná. Incorporo animales, la cultura y las cosas con las que me encuentro en ese contexto. 

¿Cómo compones y das vida al imaginario tan particular que construiste en estos años con el cuál compartís esas historias y vivencias? Pienso en tú fascinación por la pesca, la presencia del Paraná y tantos detalles de tú vida que reversionados se cuelan en las obras. 

Cuando era chico a mí tía abuela le encantaba salir a pescar y siempre me llevaba. También iba con mí papá, que si bien no le gustaba, se tomaba el tiempo de aprender por mí. No sé cuál es la razón, pero siempre tuve una fuerte fascinación por lo tropical y solía soñar con el Amazonas. Esas pasiones se cruzaron en el Paraná, donde encontré a nuestro río tropical, con un paisaje que me vuelven loco, al igual que la cultura del territorio con su música, su historia, los puestos de carnadas y los productos locales. Todo eso me inspira y me transmite muchas ganas de producir.

¿En qué momento uniste al campo del diseño gráfico con el de las artes visuales que conviven en vos?

Nunca los vi como universo separados, más bien dos formas que estaban unidos, porque más allá de que comprendo sus diferencias y particularidades, comparten temas formales y conceptuales y por eso conviven muy bien. La diferencia está en la pulsión, ya que en el mundo de las artes visuales es uno el que tiene la chispa para iniciar un proyecto, mientras que en el campo del diseño gráfico es otro el que tiene esa pulsión y te contrata para que le des forma y sentido. 

¿Te gustan generar alianzas y trabajar con otros artistas y creativos? 

Me gusta mucho, en especial cuando me proponen ideas o proyectos y me empujen a lugares periféricos, a los que que quizás por impulso propio no accedería ni exploraría.

En Quorum nos llama mucho la atención como tú trabajo atrae a personas de todas partes del mundo de una manera muy genuina, incluso al público que no distingue el significado de todo lo que incluís. ¿Cuáles son las cualidades que generan eso?

No es fácil hablar del trabajo propio pero creo que trato de respetar al espectador y generar un diálogo equilibrado. No me gusta bajar un mensaje unívoco, que no tenga otra interpretación que no sea la mía, sino más bien generar una obra abierta. Me gusta que otros se sientan cómodos, que puedan completar la obra y dialogar con ella. Eso no quiere decir que no pueda contar historias o mostrar cosas que me parecen interesantes, pero trato de hacerlo desde un lenguaje accesible. Otra cosa que me encanta es el uso del humor y el color, que me inspira mucho y que considero una herramienta fundamental. Incluso muchas veces comienzo una obra a partir de la paleta que quiero usar y veo que me propone.

Estas a punto de inaugurar una muestra en Brasil, una oportunidad para crear lazos con otra cultura. ¿Cómo te estás preparando?

Me entusiasma mucho tener la oportunidad de poder llevar mí obra a Brasil y ver qué efecto genera allá. Voy a estar presentando obras nuevas en una galería grande de Sao Pablo que se llama Dezoito. Ya veremos qué dice la gente, mientras tanto sigo trabajando sin parar.