Hablamos con Soledad Urquia y Santiago La Rosa, fundadores de CHAI, la editorial del momento creada en 2019 en San Javier, Córdoba, dedicada al descubrimiento y la traducción de narrativa contemporánea de autores internacionales. Desde su casa nos sumergieron en su mundo literario con una identidad única, para entender como funciona un proyecto editorial que se corre de la norma y apuesta a publicar títulos que les gustaría leer en nuestro idioma.

Con la idea del disfrute, de esa pausa que requiere la lectura, del placer, de la estimulación, de la conversación que genera un buen libro nació Chai Editora de la mano de Soledad Urquia (General Deheza, Córdoba, 1983) y Santiago La Rosa (Buenos Aires, 1987). Fundada en San Javier Córdoba, en 2019, Chai presenta un catálogo que apuesta por traducciones de ficción y narrativa contemporánea de todo el mundo. La aventura hizo su debut en medio de la crisis editorial con la aparición de Ocho, de Amy Fusselman, al que le siguió Un hombre con suerte, de Jamel Brinkley. “Nosotros decimos que la editorial nació en el 2019 porque nuestro primer título se publicó ese año –contó Soledad Urquia, también autora de Mamá India (Tenemos las Máquinas, 2016) y La luz y la montaña (Tenemos las Máquinas, 2021) en el vivo que compartimos-, pero pensamos la editorial un año y medio antes. Cuando se desató la crisis nos preguntamos si valía la pena esperar o arrancar y la decisión fue la de seguir”.

“Después vinieron otras crisis –aporta Santiago, autor de las novelas Australia (Metalúcida, 2016) y La otra hija (Sigilo, 2021)-. A la semana que arrancamos fueron las Paso 2019 y después llegó la pandemia.”

Chai es una editorial con identidad, con una voz que se refleja en el catálogo y que tiene como gran desafío dar a conocer autores, lo que es muy diferente a publicar a un escritor cuyo nombre u obra de alguna manera está instalada. Como lectores curiosos, hambrientos, llegan a estos títulos que no están traducidos al castellano y que como bien aclaran los editores merecen estarlo: “Nuestro catálogo es la biblioteca que querríamos tener en casa”, confiesa Soledad.

Vale la pena destacar que la traducción de cada obra no es al azar, al contrario, es parte del trabajo que caracteriza a la editorial. “Nos gusta que sean escritores, muchos lo son – dice Soledad de los traductores elegidos-, sentimos que aportan un montón al texto. Por ejemplo, Esther Cross que trabajó Autorretrato, de Celia Paul se entusiasmó con el personaje, investigó un montón y finalmente se reflejó en la traducción.

"Hay un ida y vuelta enriquecedor, muy minucioso. También nos gusta pensar que el autor del libro tenga cierta afinidad con el traductor, esa idea de que puedan ser amigos si se llegaran a conocer”. “Algunos de nuestros traductores mantuvieron un cruce con los autores – reconoce Santiago-Federico Falco (quién además es director de la colección de cuentos de la editorial) es muy fanático de Deborah Eisenberg y me parece que se armó una conversación muy interesante entre ellos. Lo mismo ocurrió con Damián Tullio, que tradujo a Peter Orner, Florencia Parodi con Marina Benjamin y Virginia Higa con Amy Fusselman”.

Como broche de oro, cada tapa de los libros publicados por Chai cuenta con el trabajo artístico de diferentes fotógrafos: Albert Elm, Diego Saldiva, Celina Eslava, Maximiliano Magnano, Iara Kremer, Julia Sbriller, Henri Prestes, Magali Polverino, Ana Zych y Daniela Ruiz de Esparza, sólo por nombrar algunos de los que forman parte de la identidad que construyó la editorial independiente y cuyo catálogo ya está disponible en Chile, Uruguay, México y el próximo año llegará a España.

Este año dieron a conocer Idiófono, de Amy Fusselman (con traducción de Virginia Higa); La tejonera, de Cynan Jones (Laura Wittner); El gran jardín, de Lola Randl (Ariel Magnus); Sobre Barbara Loden, de Nathalie Léger (Nathalie Greff- Santamaría y Horacio Maez); Manantial, de Akwaeke Emezi (Damián Tullio) y la ya nombrada Autorretrato, de Celia Paul.

No es frecuente escuchar que se hable de los libros de una editorial, en lugar del autor o del título en cuestión. Esto pasa con Chai. Se habla de “los libros de Chai”, como un pacto establecido con aquellos que ya se acercaron al catálogo y por esta razón hay mucha expectativa acerca de los títulos por venir: “En febrero 2022 publicaremos un nuevo libro de Eisenberg (la misma autora de Taj Mahal) –anticipa Soledad-. Son relatos, traducidos por Falco, que vamos a sacar en dos tomos. En marzo, será el turno de unos ensayos personales de Donald Antrim que escribió a partir de la muerte de su madre, no tenemos el título confirmado, pero seguramente se llame La vida después.”

Santiago se entusiasma con la traducción que está llevando adelante Virginia Higa de los cuentos de la estadounidense Ann Beattie. “Curiosamente sus cuentos no están en castellano. Hicimos una selección de su obra. También publicaremos una novela de Cynan Jones, con la que de alguna forma cierra su trilogía rural. Es un libro corto y muy potente, como todos los de Jones, que está traduciendo Matías Battistón. Otro libro, que creo que va a llamar la atención es My Meteorite, de Harry Dodge. Una memoria, una bitácora sobre el arte y el tiempo que no se parece a nada”. “Redefine la escritura autobiográfica –apunta Soledad-. Él es un varón trans, pareja de Maggie Nelson, una autora que hace mucho estamos tratando de editar.”

Al publicar narrativa contemporánea, de autores vivos que hoy escriben, los textos que ven la luz a través de Chai están atravesados por la actualidad. “Nos interesa la idea de trabajar con cuestiones de la subjetividad contemporánea”, afirma Santiago y vuelve a señalar el corazón de Chai: “Nos gusta pensar la editorial como una conversación sobre literatura”.