
El Paste up es una combinación de diseño y arte urbano caracterizado por su esencia participativa, rebelde y subversiva. Una forma de intervención urbana que desafía las normas, permitiendo a los artistas pegar tipografías, ilustraciones, imágenes y fotografías en espacios públicos de manera rápida, lo que otorga mayor flexibilidad en la elección de los lugares de intervención. Una técnica accesible que mejora con la práctica y no requiere una gran inversión económica.
El artista de Paste up es un crítico radical del sistema publicitario, que desafía la mercantilización del arte y lo urbano. De esta manera, se presenta como una forma de resistencia cultural que únicamente solicita la atención del espectador y que a diferencia del graffiti, le permite a los artistas desarrollar obras más complejas en la tranquilidad de su estudio antes de llevarlas a la calle. Es una forma de expresión democrática que encuentra en su impermanencia una fuerza única.
Lejos de ser un obstáculo, esta característica lo convierte en un constante acto de resistencia con la fotografía como testigo de su carácter efímero, documentando obras que desafían la permanencia y son compartidas a través de internet, ampliando su alcance. El fenómeno del papel y la cola ya es global y está en constante evolución, consolidándose como parte visual de muchas ciudades y como un movimiento transversal que reúne miles de seguidores.

El grito urbano que nació en la contracultura
El afichismo en la vía pública tiene antecedentes en las calles de París durante el período de la Belle Époque con artistas como Toulouse-Lautrec mientras que en Latinoamérica, a principios de la década del 60, el artista argentino Alberto Greco realizó acciones con impronta de pegatina urbana, mientras que en Estados Unidos en las décadas de 1970 y 1980 se volvió una expresión vinculada a los movimientos punk, contraculturales y de protesta. Artistas y activistas adoptaron la técnica para comunicar de manera rápida y económica mensajes políticos y sociales, convirtiéndola en una herramienta poderosa caracterizada por su impacto visual.
El estilo ganó popularidad en ciudades como Nueva York, donde figuras como Barbara Kruger y RTW (Richard Trenton Wright) y otros lo emplearon para transmitir mensajes culturales y políticos. La obra de Fairey, con su icónica imagen de André el Gigante, ha dejado una huella imborrable en la cultura visual contemporánea. Al popularizar el Paste up y desafiar la necesidad de un mensaje explícito, su obra ha influido en generaciones de artistas urbanos, demostrando que una imagen puede ser poderosa por sí sola, sin la necesidad de ser portadora de un discurso elaborado.
Entre los artistas más emblemáticos que han trabajado con Paste up tambien se encuentra Shepard Fairey, famoso por su icónica obra "OBEY", un llamamiento a la desobediencia creativa que nos invita a ser críticos y expresar nuestra individualidad. Otros exponentes como Swoon, han llevado esta técnica a nuevos niveles de detalle y belleza, creando retratos y escenas complejas que embellecen las calles de todo el mundo mientras que WK Interact con sus trabajos dinámicos, explora temas como el movimiento, la energía y la condición humana. Por último, en Argentina el grupo BA PASTEUP inició una nueva forma de intervenir la ciudad de Buenos Aires.
Entre el arte y el vandalismo: la compleja contradicción del Paste up
El Paste up es una forma de arte que transforma la piel de nuestras ciudades. Los artistas usan las calles como un gran lienzo y cuestionan las sagradas reglas sobre qué es arte y dónde se puede encontrar. Por esa razón tiene gran impacto al romper con la monotonía de la escena urbana y nos invita a mirar, leer y pensar más allá de los muros mientras se sitúa en el centro del debate, ya que mientras algunos lo ven como una forma de embellecer, otros lo consideran vandalismo, calificándolo como contaminación visual.
En la praxis del hacer encontramos dos tipos de “pasteuperos”: los creyentes y los practicantes. Los primeros han hecho de la tecnica su forma de vida, profesión y principal medio de expresión artística, desarrollando una vida dual que combina la clandestinidad de pegar sus obras en la calle, con la exposición pública en galerías y espacios artísticos, moviéndo sus trabajos entre el valor y el precio. Los “practicantes” por su parte, mantienen una diversidad creativa y no limitan su expresión artística al Paste up sino que exploran otras disciplinas e incluso por momentos olvidan al papel y la cola. Mientras los creyentes viven y respiran el Paste up, los practicantes recurren a ella como una herramienta más dentro de una caja con múltiples opciones.

El murmullo visual
Una de las características más notables del Paste up es su naturaleza efímera. Las obras pueden ser retiradas, tapadas o afectadas por las condiciones climáticas. Arte transitorio y dinámico. Esta cualidad no solo resalta la temporalidad de las piezas sino que nos invita a reflexionar sobre la impermanencia, el choque con nuestra actitud posesiva y el cambio en el espacio urbano, convirtiendo cada intervención en algo fugaz y limitado.
En términos de accesibilidad, es una opción viable para aquellos que desean expresarse sin necesidad de contar con habilidades particulares o materiales costosos, ya que los insumos son relativamente económicos y la técnica es fácil de aprender, lo que permite que cualquier persona pueda participar. Esta característica se alinea con la filosofía del "hazlo tú mismo" y el movimiento punk, que fueron fundamentales en el resurgimiento del Paste up. En la actualidad, su accesibilidad se ve potenciada por la cercanía a nuevas tecnologías y tendencias, facilitando intervenciones rápidas.
La percepción del Paste up
La percepción negativa del Paste up a menudo está ligada a la destrucción de las obras que a su creación. Una pieza bien pegada es resistente y duradera aunque los restos de papel pueden generar una imagen negativa de la ciudad. La percepción de agresión o vandalismo no proviene de la obra pegada, sino de la obra destruida. Sin embargo esta degradación ofrece un oportunidad para una nueva estética inspirada en el concepto del Wabi-sabi, que aprecia la belleza de lo imperfecto, lo efímero y el descubrimiento de un universo estético sutilmente perceptible. El concepto de Wabi-sabi aprecia las huellas de las superficies desgastadas y envejecidas tanto en su ciclo natural de crecimiento y la decadencia como por la agresión o el arranquismo, accediendo así a un nuevo ámbito. El de la "ruina estética".

Otra cosa que sucede es que a través de mecanismos de control social se dictamina lo que es correcto o incorrecto en el ambito del arte urbano, lo que fomenta división y hostilidad entre diferentes expresiones. Al exacerbar las diferencias entre estos movimientos, se busca debilitarlos y facilitar su control para consolidar el poder de quienes detentan el control de los espacios públicos. Un elemento más para la reflexión.
Evolución y futuro
El Paste up ha evolucionado hacia una práctica más compleja y la digitalización y las redes sociales están transformando la creación y difusión de estas obras, haciendo que los artistas puedan acceder a una amplia variedad de recursos, a imágenes de cualquier parte del mundo, a la inteligencia artificial y a la posibilidad de colaborar con otros. Las posibilidades siguen creciendo y el futuro parece prospero.