El trabajo que Florencia Abadi (Argentina, 1979) realiza en ‘El Nacimiento del Deseo’ es de una profunda relevancia para una generación que tanta importancia le presta a los asuntos sexo-afectivos y vinculares: sea por curiosidad o por espanto nunca hemos hablado tanto sobre sexo y vincularidad como en esta época. Quizás encontremos allí la cifra del éxito rotundo que la obra ha tenido en Argentina y Chile desde su publicación.
Catedrática de estética en la Universidad de Buenos Aires, Abadi se suma a una vasta tradición filosófica que ha intentado comprender la cuestión del Deseo. Desde Platón a Lacan, este gran asunto ha sido diseccionado desde múltiples perspectivas y es así porque toca uno de los nudos fundamentales de nuestra experiencia en el mundo: por deseo nos proyectamos y también nos angustiamos, nunca sabiendo con certeza quiénes somos para el otro. Lo que la autora propone aquí sin embargo es algo distinto, ella encuentra en la envidia, esa pasión corrosiva y tantas veces inconfesable, el motor oculto de la maquinaria desiderativa. Es la envidia, nos dice, la chispa que enciende a Eros.
El libro, compuesto por diez ensayos que deslumbran tanto por su claridad como por su densidad conceptual, parece un complemento natural de la reflexión que Abadi había iniciado en El Sacrificio de Narciso. Este texto propuso una lúcida distinción entre amor y deseo, términos que en la cultura contemporánea parecen confundirse cada vez más. En la misma línea que Anne Carson, Abadi nos condujo en ese libro a una travesía hacía el origen de esos conceptos en la tradición griega para poder pensar cómo el derrotero de traducciones e interpretaciones canónicas terminó por ofrecernos una confusión entre dos lógicas que son por naturaleza opuestas.
Decía Abadi en numerosas entrevistas: ‘el amor vive a expensas del deseo, y el deseo vive a expensas del amor’. Esther Perel, una célebre psicoterapeuta belga, nos llamó la atención hacia esta cuestión conflictiva: queremos la familiaridad y la seguridad del amor y, al mismo tiempo, la aventura y la vitalidad del erotismo. Pero si en Perel hay una preponderancia terapéutica y en Carson filológica, en Abadi hay una intención pedagógica y lírica.
Abadi, que comenzó su carrera literaria como poeta, nos habla con la claridad y la simplicidad de un psicoanalista que reconoce en la intervención precisa y escueta una poderosa arma de acercamiento a ese acontecimiento que alumbra. Este texto es, una vez más y como dice la autora, un testimonio del análisis personal y eso es evidente. Al avanzar en la lectura uno percibe un enunciador que, como en el arcano de El Ermitaño del Tarot, nos acompaña en su sabiduría y con su lámpara, hacía algo que él ya transitó y cuyos hallazgos nos comparte con generosidad, sin evitar caer por momentos en verdades incómodas y hasta dolorosas.
‘Sin serpiente no hay Caída en el deseo’, dice Abadi en el primer capítulo del libro, continuando así con uno de sus talentos filosóficos más destacables. Florencia se mueve con un lenguaje límpido y susurrante en un ejercicio pleno, y cada vez más afilado, de mitología comparada, llevándonos de los personajes míticos griegos hasta héroes hindúes y, como ya es habitual, elementos traídos de los relatos folklóricos europeos, el simbolismo psicoanalítico y grandes nombres de la modernidad como Deleuze, Girard o Bataille. ‘El Nacimiento del Deseo’ por momentos parece también una pequeña enciclopedia de pasiones. El despecho, la venganza, la crueldad y la culpa son analizados magistralmente como afectos pertenecientes o vinculables a la esfera erótica.
Me gustaría reparar en dos instancias donde el texto se vuelve jugoso. En primer lugar la autora va a definir y contrastar las nociones de secreto, enigma y misterio mostrando cómo cada una corresponde a una parte del cuerpo, a un verbo y a un tipo de experiencia amorosa en particular. En segundo lugar, la conclusión del libro donde se nos propone corregir el título de uno de los estudios fundacionales sobre el amor en Occidente: ‘El Arte de Amar’ de Ovidio, dice Abadi, debería llamarse El Arte de Desear.
Los textos breves y luminosos de Abadi, no solo están a la altura de grandes de la filosofía sino que nos conectan con la raíz inconmensurable de ese asombro necesario para el buen pensar y nos participan del pensamiento vivo de una de las filósofas argentinas más relevantes del último tiempo.