¿Amada u odiada? ¿Ícono feminista o representación de lo que una “mujer perfecta” debe ser? Tales preguntas intimidaron a Greta Gerwig, la directora de “Lady Bird” y “Little Women”, cuando Margot Robbie le propuso, junto con Warner Bros, escribir y dirigir una de las películas más esperadas del 2023: “Barbie”. Aunque la dicotomía y el debate detrás de la reconocida muñeca aterraron a la cineasta, tenía la certeza de que asumir el riesgo valdría la pena. Hoy, los cines de todo el mundo se tiñen de rosa para mostrar una versión de Barbie nunca antes vista, una versión más profunda -hasta existencialista- que pone en jaque las estructuras de la sociedad al resaltar las ideas de la igualdad y el empoderamiento de la mujer.

Hablar de Barbie es hablar de revolución, cambio, disrupción. Aquellas palabras son parte de su esencia y, por supuesto, de su creadora, Ruth Handler. Históricamente, las mujeres estuvieron circunscriptas a las tareas de la casa y la maternidad, hecho que también se trasladó a los juguetes para niñas: bebés de plástico era lo que predominaba en el mercado a finales de los años 50.

Sin embargo, Ruth se dio cuenta que su hija Barbara había perdido el interés por tales muñecos. Recortar modelos de revistas de moda e imaginar que tenían una vida de lujos era su nueva gran fascinación. Fue en ese entonces cuando a Ruth se le ocurrió crear una muñeca basada en la libertad y la independencia, que le permita a las niñas soñar con quienes quieran ser. Una idea innovadora para la época y que representaría un cultural reset para siempre.

El 9 de marzo de 1959, Barbie -en honor a la hija de Ruth- fue presentada en la Feria de Juguetes de Nueva York. Aquella mujer rubia y atractiva captó la atención de las más pequeñas, al punto de que en su primer año de lanzamiento alcanzó la venta de 350 mil ejemplares. Con el tiempo, Barbie se convirtió en veterinaria, presidenta, astronauta, bailarina, entre otras profesiones, siendo todo un ejemplo a seguir para las niñas. No obstante, sus características físicas generaron descontento en determinados sectores de la sociedad. Así, el producto fue acusado de falta de diversidad y de reproducir un estereotipo de belleza femenina imposible de alcanzar.

¿El proyecto más difícil de la carrera de Greta Gerwig?

Barbie es un ícono de belleza, glamour y éxito. Un ícono cultural que genera amor y odio por igual. Esta fue la razón por la que Greta Gerwig aceptó el desafío de llevar a la famosa muñeca a la pantalla grande. “La historia de Barbie es la pelea que se ha desatado por Barbie”, expresó la cineasta a The New York Times. Junto a Noah Baumbach, su esposo y socio creativo, escribieron un guión en el que se fusionan la comedia y el feminismo con la finalidad de explorar temáticas como el rol de la mujer en la sociedad y la perfección.

De esta manera, Gerwig nos introduce a Barbieland, una suerte de paraíso donde el color rosa abunda en cada rincón, el sol brilla todos los días y, durante las noches, las mansiones se convierten en el escenario ideal para fiestas a puro brillo y música disco. A su vez, las Barbies, bellas e inteligentes, lideran aquel mundo, mientras que los Kens son sólo Kens, meros accesorios que acompañan a las mujeres.

Sin embargo, Barbie (Margot Robbie) comienza a hacerse preguntas sobre la muerte, sus pies ya no están de punta, ni tampoco puede bajar de su casa volando. Debido a su crisis de personalidad, es expulsada de Barbieland y emprende un viaje hacia el mundo real para encontrar respuestas a sus cientos de interrogantes alrededor de la vida y su propósito como muñeca. En su aventura se sumará Ken (Ryan Gosling), quien también se encuentra en búsqueda de su propia identidad.

Tanto para la escritura del guión como para el diseño de producción, Greta Gerwig se inspiró en 32 clásicos del viejo Hollywood y contemporáneos que, en diferentes niveles y en la misma sintonía que “Barbie”, juegan con elementos que combinan lo artificial y lo superficial con lo profundo e introspectivo. Por esa razón, la película que encabeza dicha lista es “El Mago de Oz”, cuya protagonista se enfrenta a un viaje similar al de Barbie.

Otro de los films claves para la creación de “Barbie” fue “The Truman Show”. De hecho, la cineasta contactó a su director, Peter Weir, para indagar cómo, desde el lenguaje cinematográfico, Barbieland podía lucir lo más plástico y superficial posible. El diferente uso de los colores -en especial el rosa- también era un factor importante, y para ello Gerwig recurrió a “Los Paraguas de Cherburgo”, un musical dirigido por Jacques Demy.

Inclusión y diversidad

Con su sensibilidad e impronta fuertemente feminista, Greta Gerwig utiliza la figura de Barbie, así como también su crisis existencial, como vehículo para desnudar y deconstruir todos los conceptos que giran alrededor de la muñeca, como la belleza y la perfección. “Es un mensaje de empoderamiento para cualquier persona, ya sea joven o vieja”, sostuvo Margot Robbie durante una conferencia de prensa.

“Cuando me enfrenté al papel, tenía mis propios estándares de belleza y me preguntaba si era lo suficientemente digna como para interpretar a una Barbie. Y Greta inmediatamente disipó todas esas dudas cuando entré al set y vi la variedad de mujeres que podían ser Barbie”, contó Issa Rae, actriz afroamericana que interpreta a la Barbie presidenta. A su vez, America Ferrera, quien también forma parte del elenco, define a la película como una “celebración a la autenticidad de cada persona”.

Al igual que Barbie, Greta Gerwig llegó a la industria cinematográfica para repensar las ideas y estructuras que, durante años, estuvieron presentes en la sociedad. Con “Barbie”, la directora da un paso más allá para explorar facetas nunca antes vistas ni imaginadas de la icónica muñeca, una versión más humana y profunda que no le teme a cuestionarse antiguos mandatos ni a sostener el discurso de la libertad y la igualdad. Y ello lo hace a puro brillo, música y, por supuesto, mucho rosa.