De izquierda a derecha: Rusty Deimos, Guille Pachelo, Gerdy Harapos, Ale Giorgga y Boxi Trixi frente al mural de 100 metros que realizaron en el marco del Lollapalooza 2017.

El colectivo integrado por artistas provenientes de diferentes ámbitos trabaja hace cinco años abriendo camino a una nueva técnica de pegatina. Ahora limitados por la pandemia, hablaron con Zibilia de arte urbano, de comercializar obra, de las redes sociales como aliadas y del futuro, entre otros temas.

El arte urbano no sólo está más vivo que nunca, sino que habilita una novedosa manera de vincularnos con la cultura. Las expresiones artísticas que habitan la calle forman parte de nuestras vidas y se insertan en la cotidianeidad sin pedir permiso ni dar explicaciones. Desde hace cinco años BAPASTEUP propone un sistema de trabajo en grupo, sosteniendo que la unión hace la fuerza y de esta manera abrir el camino a una nueva técnica -pegatina o paste up- maleable, económica, efímera y efectiva, con la que invaden cuanto espacio esté a su alcance.

Hablamos con sus integrantes Ale Giorgga, Boxi Trixi, Gerdy Harapos, Guille Pachelo y Rusty Deimos acerca de sus proyectos, sueños, los desafíos del momento y mucho más.

Desde 2015 BAPASTEUP funciona como una unidad creativa instalando la técnica de la pegatina en la Argentina. ¿Cuáles son los factores que unen al grupo y lo hacen único?

RD: Un factor fundamental es la confianza que fuimos ganando como grupo porque fortaleció los vínculos y valores que nos identifican. Al venir de ámbitos diferentes, el aporte de miradas y visiones enriqueció al equipo como unidad ya que nos dio la posibilidad de tener una gran variedad de contenido a la hora de realizar una obra. Esa diversidad nos hizo y nos está haciendo más humanos, por lo tanto el respeto y la libertad para desempeñarnos fue y sigue siendo vital. 

Armando obras sobre bastidor. Con la pandemia comenzaron a hacerlo de forma regular: los acerca a nuevos públicos.

¿Podemos entender al street art como un terreno más libre que desestabiliza los preconceptos que tenemos del mundo del arte?

AG: El arte urbano impacta de manera terrenal, por lo que es mucho más libre pero también más real. Las instituciones deberían tomar cartas en el asunto, acompañar estos procesos y entender el enorme semillero que emerge de las calles. Deberían brindar mayores herramientas y recursos para potenciar esta disciplina. Siento que gran parte de la aminoración o falta de profesionalización de algunos artistas del street tiene una relación directa con el hecho de que carecen de recursos a pesar de su enorme talento y creatividad.

De alguna manera lo que distingue a BAPASTEUP es que pudimos implementar ciertas estrategias de gestión y organización que nos han permitido tener cinco años de proyectos y acciones en constante crecimiento a nivel nacional y con una impronta federal. 

¿Cuáles son las problemáticas a las que se han tenido que enfrentar en este particular momento de pandemia? ¿Afectó al trabajo? 

GH: Una de las grandes problemáticas es no poder terminar las obras ya que nosotros trabajamos pensando siempre en la calle y con las restricciones de hoy se hace más difícil completar nuestro proceso. Si bien empezamos a salir más en las últimas semanas no dejamos de estar en infracción, al menos que contemos con un permiso por lo que la dinámica laboral cambió bastante.

  • El grupo ha intervenido muchos muros en distintos barrios: Palermo, Colegiales, Villa Crespo o La Boca.

Y con respecto a los desafíos que les toca superar, ¿qué te viene a la cabeza?

GH: El gran desafío radica en mantenernos activos. Aunque no se pueda estar afuera es muy importante tener una rutina del hacer, por eso estamos todo el tiempo produciendo ya que el paste up es muy demandante e implica generar obras sin parar. En este caso la decisión fue seguir trabajando, adaptándonos a la situación ya que muchos vivimos de esto. Intentamos buscarle la vuelta y producir obras en soportes fáciles de comercializar de manera virtual, algo que yo casi no había hecho antes y que rescato como un aspecto positivo. También aprovechamos el tiempo para renovar diseños y estilos, algo que la vorágine del día a día no siempre permite. 

¿De qué manera capitalizan las redes sociales para consolidarse como proyecto artístico y cuáles son las estrategias que aplican?

GP: Las redes sociales empezaron como un complemento de lo que hacíamos en la calle. Fue un anclaje para llevar la vida real al plano virtual, un pasaje inverso a lo que suelen hacer otros. Con eso hacemos un trabajo de relaciones públicas para mantenernos en contacto no sólo con la gente sino también con colegas, dando a conocer nuestro trabajo para tejer vínculos sinceros y crear una movida cada vez más grande. Los cinco somos muy conscientes de que si el arte urbano no se documenta desaparece, entonces las redes también sirven como una plataforma de archivo. Nuestra estrategia para el posicionamiento se dio de manera natural sin tanto análisis previo, sino que tuvo que ver con salir primero a la calle y después dejar que las cosas sucedieran en la virtualidad. 

¿Cuáles son sus estrategias a la hora de consolidarse como un proyecto con un plan a futuro y salida laboral, alejándose del maldito "por amor al arte"?

GP: Siempre sostuve que toda actividad profesional es comercial, así que si vos dedicas tu tiempo a producir obras y no la vendes no sé como lográs mantenerte ya que es una pata muy importante para poder seguir haciendo. Al "por amor al arte" no hay que darle bola. Nosotros muchas veces dijimos que sí y muchas veces que no, porque entendemos y nos sumamos a causas sin lucro cuando detrás hay alguna buena intención o beneficio, como por ejemplo organizar un festival que nos da experiencia, contenido y nos une a otros artistas. A veces la ganancia no es monetaria sino que viene por otro lado, capitalizar no sólo tiene que ver con ganar dinero. 

La obra de BAPASTEUP en el Bajo de San Isidro.

¿Hacia dónde creen que va el arte urbano? 

AG: El arte urbano está tomando más protagonismo, principalmente porque no responde a los cánones tradicionales de legitimación, ni a los tiempos institucionales. La calle se ha vuelto un espacio de expresión y la gente conecta con el street art quizás de la misma manera que lo haría yendo a un museo o espacio cultural pero la diferencia es que este aparece en tu camino y en tu día a día. Otro fenómeno es la participación orgánica que se ha generado en relación a las redes sociales y el ejercicio de documentarlo todo. Allí también ocupa hoy un lugar importante. 

Más allá de lo que mencionas de la inserción en la redes sociales, ¿qué otros territorios les gustaría abarcar?

AG: Como grupo no sólo estamos potenciando nuestro trabajo en el ámbito de la calle sino que la gente está eligiendo convivir con nuestras creaciones y eso nos ha llevado a intervenir todo tipo de espacios privados dando como resultado una nueva manera de plasmar lo que hacemos. En cuanto a la idea de territorio a grandes rasgos, el impacto del grupo logró una expansión hacia todo el país e inspirar a nuevos grupos y artistas que están saliendo a la calle con el soporte paste up.

Boxi, vos sos el único miembro del grupo instalado en Europa (en Toledo, España) por lo que me gustaría que describas la diferencia entre el campo urbano allá y el nuestro.  

BT: La mayor diferencia es que Buenos Aires al ser un lugar extremadamente caótico nos permite a nosotros, que estamos al borde de la ilegalidad, trabajar más tranquilos; algo que en Europa no pasa, donde si la sacás barata recibís una multa de 50 euros. Esa es una de las razones por las cuales el arte urbano creció tanto en los últimos años, ya que en la calle podés hacer casi lo que querés. Mientras que en la Argentina se pueden abarcar una infinidad de espacios, en ciudades como Madrid o Londres la flexibilidad está solo en zonas como Lavapiés o Brick Lane por lo que es mucho más restringido. 

¿Tienen planes para hacer crecer el proyecto allá? 

BT: El nuevo plan es destinar una parte de nuestro presupuesto para que desde Buenos Aires me manden obra para vender acá, algo que antes no podíamos hacer porque nadie nos aseguraba que las cosas iban a llegar en condiciones. Nosotros trabajamos con papel que es algo fácil de mover y ahora que estoy viviendo afuera puedo recibir las pegatinas y terminar de armar las obras acá. Con respecto a lo urbano, más allá de que voy a tener que cuidarme mucho, es algo que vamos a seguir haciendo.

Después de tantos años, no sólo de trabajo sino que consolidación como grupo, ¿creen que existe una fórmula para el éxito?

RD: BAPASTEUP está en constante movimiento a través de un camino que se fue forjando hasta conseguir una identidad propia e integridad laboral que nos distingue. No existen fórmulas para el éxito sino que es una sumatoria de vivencias y experiencias que en el transcurso de estos cinco años nos permitió evolucionar. Cada uno tiene deseos personales para su obra pero somos una unidad saludable y por eso nunca hubo competencias. Queremos seguir estando juntos porque ahí está la fortaleza que nos hace imparables.