El colectivo que mezcla música y artes visuales, practicando mapping sobre edificios de Buenos Aires, presenta su espectáculo Panorama, un viaje poético-lisérgico en el Xirgú.

Buenos Aires es conocida por ser el faro cultural de Sudamérica. Algunos pensarán que semejante nomenclatura es un poco exagerada. Para aquellos, la respuesta es Al Ver Verás: su espectáculo Panorama junta artes visuales, música en vivo y la fantástica técnica de mapping para crear un cocktail único en el Xirgú. Con más de diez años de presentaciones de todo tipo (desde reservas naturales hasta edificios históricos y emblemáticos de la ciudad, pasando por centros culturales y teatros) el grupo está consolidado como uno de los secretos mejor guardado de la ciudad.

En palabras de sus realizadores, Al Ver Verás (AVV) es “un diálogo entre imagen y música en vivo, que genera experiencias interviniendo poéticamente el espacio físico”. A la pregunta de ¿quiénes son? Responden: “Somos un grupo de amigos unidos por el gusto en lo que hacemos, las ganas de seguir haciendo cosas, la proyección y sobretodo el ver el paso del tiempo como una sensación de crecimiento constante”. Si de intervenir se trata, la performance se lleva todos los galardones ya que desde una terraza “X” se apuntan cañones proyectores en edificios y cúpulas, 360 grados alrededor, afectando directamente la percepción de los que asisten

El huevo o la gallina

Luego de que pasa el asombro (puede tardar unos días) y el espectáculo decanta, las primeras preguntas surgen: ¿qué viene primero? ¿La música o la imagen? ¿Una materializa a la otra o surgen en simultáneo? La palabra que los AVV minuciosamente eligen para responder es corporeizar: “Básicamente el proyecto surgió con el sentido de corporeizar nuestras canciones a través de la intervención audiovisual del entorno”.

El repertorio de la banda atraviesa diferentes matices de psicodelia y poesía. Con una sinergia que da cuenta de la amistad entre sus integrantes, la banda eleva su música a niveles que van mucho más allá de la terraza de turno. Aunque la propuesta es original y tocan canciones propias, los fanáticos de las comparaciones pueden encontrar ribetes de Soda Stereo, Pink Floyd o Virus.

Al Ver Verás

El cocktail tiene más ingredientes

Mírese donde se mire los realizadores estarán proyectando un mundo que absorbe al espectador de inmediato, un mundo lisérgico e imponente pero que deja en modo zen e introspectivo a cualquiera; galaxias de moléculas, trenes, mandalas, animales, personas monstruos, bosques y muchísimos etcéteras danzan poética y geométricamente en edificios del microcentro porteño pero en un mundo aparte, muy lejos de Buenos Aires, un mundo sin gravedad, pies ni cabezas.

Además de la variedad de imágenes, el cocktail AVV tiene sus trucos y sus técnicas. Las mezclas de digital y analógico son un maridaje tan perfecto como la cerveza y los sánguches de bondiola que la terraza de turno ofrece: "Nos interesa la mezcla de lenguajes, formatos y soportes, así como de técnicas digitales y analógicas, a partir de las cuales se producen infinidad de recursos para expresarnos. Mientras que en lo digital se logra mayor precisión y control, el fuerte de lo analógico es el efecto orgánico y artesanal sobre el edificio” sentencia con claridad el grupo.

Mapping sobre Palacio Barolo

El proyecto parte de la premisa de que las ciudades no son puro concreto frío y gris. Es probable que la vereda por donde uno pasa todos los días esconda un secreto arquitectónico que dejaría de ignorar con solo levantar la cabeza. Y 'al ver verás': “La idea es afectar la percepción sobre el espacio en el que vivimos. Tomar contacto con el paisaje urbano que nos rodea, transformarlo, resignificarlo, revalorizarlo, abriendo nuevas posibilidades a cómo la imagen se desenvuelve en el entorno e interactúa con el espectador que experimenta con sus propias ideas”.

En una ciudad donde la burbuja inmobiliaria trueca con impunidad edificios históricos por monoambientes de cartón, AVV llama a enaltecer la arquitectura porteña. Así, además de la resignificación estética, el grupo apunta a una revalorización del capital simbólico de nuestros edificios.

Xirgú

Yendo desde la terraza al Xirgú

Por último, el grupo sintetiza lo que viene haciendo este último tiempo en terrazas “X” del microcentro (pedir dirección por inbox y aguantar los trapos de la clandestinidad) y adelanta el show del 25 de agosto en el Margarita Xirgú: “El espectáculo de la terraza es imponente, las imágenes abarcan edificios de diversos estilos, dando la sensación de un viaje a través de la ciudad, de salir a volar o flotar, de contemplar desde las alturas como en un observatorio, bajo un cielo iluminado por estrellas o decorado por nubes. En interiores es más íntimo, cercano, abrazador, inmersivo, aunque el show del Teatro Xirgú es un intermedio dado que tiene un tamaño considerable, con palcos en forma de herradura, techo oval y una gran araña”.