Acaba de estrenarse "Los asesinos de la luna", el más reciente film de Martin Scorsese, que a su vez reúne a dos máximos actores fetiche: Robert De Niro y Leonardo DiCaprio, con quienes ya ha trabajado en numerosas ocasiones. La película, basada en una novela de David Grann (inspirada en hechos reales, enfocados en una serie de asesinatos en el Condado Osage), es de una enorme ambición. No solo supera las tres horas de duración y cuenta con un presupuesto de 200 millones de dólares, sino que también busca ser un retrato social y político con múltiples resonancias.

Aprovechando la ocasión, proponemos un ranking con las diez mejores películas de Scorsese. Un listado con una fuerte carga subjetiva y arbitraria. No figuran, por caso, Taxi driver -que muchos consideran su máxima obra maestra- o Los infiltrados, película con la que Scorsese ganó el Oscar luego de haber sido nominado varias veces. Aún así, evidencia la notable filmografía de uno de los mejores realizadores de los últimos cincuenta años, quien todavía se mantiene vital y vigente.

Con ustedes, un top ten de Scorsese, de menor a mayor:

10-El lobo de Wall Street (2013)

Una película para ver con un tanque de oxígeno al lado y que asombra por su ritmo casi bestial, que muestra la enorme energía que maneja Scorsese, a pesar de que ya tiene sus años. Esta especie de biopic sobre Jordan Belfort, un agente de bolsa tan corrupto como encantador, es la vez una gran comedia y una palpable tragedia sobre un tipo con una ambición sin límites y completamente autodestructivo. En esa figura, que tiene mucho de mítico -es difícil distinguir cuánto es real y cuánto exageración en la narración que lleva adelante el protagonista-, Scorsese encuentra la metáfora perfecta de los extremismos del capitalismo y el sueño norteamericano. De paso, les permite a DiCaprio y Jonah Hill entregar actuaciones brillantes.

9-La última tentación de Cristo (1988)

Un gran católico, estudioso y meticuloso, Scorsese canalizó en este relato sobre la vida de Jesucristo todas sus dudas y certezas, problematizando el concepto de la fe religiosa hasta extremos muy particulares. De hecho, al momento de su lanzamiento, la película generó una gran polémica y fue prohibida en muchos países, entre ellos, la Argentina. Una pena, porque estamos ante una película que demuestra un gran amor por su protagonista y su recorrido existencial, ya que, lejos de idealizarlo, lo exhibe en su vertiente más humana y empática. Un film que, progresivamente, logra conmover sin trampas y sentencias facilistas.

8-La edad de la inocencia (1993)

Una película que parece ir a contramano de buena parte de la filmografía de Scorsese, en parte por su tono sutil, donde las pasiones se insinúan pausadamente. Claro que el triángulo amoroso que conforma el centro de la trama es un disparador para configurar un retrato muy preciso y sensible sobre la alta sociedad neoyorquina del Siglo XIX. En cierto modo, este film es como la otra cara de la moneda que luego se completaría con Pandillas de Nueva York, que transcurre en un período similar. A diferencia de aquella, donde todo es explícito y salvaje, acá los conflictos se manifiestan desde la introspección y la angustia, de forma sólida y potente.

7-Casino (1995)

Ya desde el comienzo, los protagonistas de este film nos aclaran que esta es una historia de cómo lo tenían todo y lo tiraron por la borda, anticipándonos que lo que vamos a ver es una tragedia autogestada. Y lo cierto es que hay una melancolía permanente, aún en los tramos más enérgicos y desatados, porque, al fin y al cabo, Scorsese se dedica a explorar y retratar un mundo que ya no existe. Uno repleto de gente corrupta, malvada, destructiva, violenta y hasta infantil en sus comportamientos, pero también fascinante desde sus actitudes. Quizás como nunca, Las Vegas se presenta ante nosotros como un universo repleto de matices, fantasmal y asible a la vez, de la mano de geniales actuaciones de De Niro, Joe Pesci y Sharon Stone.

6-El irlandés (2019)

Se podía pensar que aquí había un giro cómodo en la carrera de Scorsese, a partir de una vuelta a buena parte de sus temas conocidos, como la mafia, los códigos machistas, la culpa y las implicancias del balance entre lo familiar y lo laboral. Pero no, porque en esta película, que funciona efectivamente como una síntesis de su cine, hay también una mirada histórica y enciclopédica que hace que todo suene más potente y renovador. Lo íntimo y lo social se entremezclan, a partir de la historia particular de un mafioso que va ascendiendo en el escalafón hasta entablar un vínculo primero afectivo y luego irredimible con el sindicalista Jimmy Hoffa. Desde ahí, hay una reflexión sobre el paso del tiempo y lo irrecuperable de gran inteligencia, con una última media hora demoledora. Lo de De Niro, Al Pacino y Pesci, aún con la digitalización de por medio, es una lección de actuación.

5-Calles peligrosas (1973)

Aunque esta no es su primera película, posiblemente este sea el germen definitivo del cine de Scorsese, ese donde quedaron claros sus temas, obsesiones y formas. Quizás sea porque, en cierto modo, lo que vemos es un relato autobiográfico, inspirado en las experiencias del propio cineasta mientras crecía en el barrio de Little Italy, en Nueva York. Con un presupuesto mínimo, se narra las desventuras de un matón de poca monta que busca ascender en la mafia local, lo que permite que el relato en los códigos barriales y las dinámicas afectivas entre familiares y amigos. Un pequeño gran film, que marcaría un norte para el realizador y que todavía se sostiene con gran fuerza.

4-Cabo de miedo (1991)

Scorsese convirtió a esta remake de un film de suspenso de 1962 en una historia de terror absoluto, donde los eventos van escalando en crueldad hasta extremos casi insoportables. Acá el realizador no se anda con vueltas: si el villano interpretado por De Niro es el Mal absoluto, la familia a la que acosa tampoco es un ejemplo de perfección. Sobre ese universo de mezquindades, hipocresías y violencia cada vez más explícita, se va delineando un conjunto de atmósferas opresivas y asfixiantes. Y eso le permite a Scorsese dejarse llevar por el exceso y coquetear con lo artificial, pero sin romper el verosímil del horror. Lo que vemos nos aterroriza porque bordea lo increíble, pero no deja de parecer terriblemente real.

3-Buenos muchachos (1990)

Se ha descripto a esta película como la narración de un presente de tipos viriles que contemplan todo desde la cima, mientras al mismo tiempo no dejan de caer, y es bastante cierto. También se podría agregar que es una ejemplificación de cómo en un proceso de ascenso ya se puede intuir el descenso inevitable. Pero claro, para hacer ese análisis fino, se necesita mirar varias veces a un film que es puro vértigo, que ya desde el primer minuto acelera de forma constante, de la mano de un montaje que parece hecho a hachazos. Esto es fruto en medida de la labor de la genial editora Thelma Shoonmaker, socia habitual de Scorsese, que lo ayuda a delinear un relato pletórico en violencia física, psicológica y moral. Ray Liotta y De Niro están perfectos, pero lo de Pesci (que ganó el Oscar por su actuación) es de otro planeta.

2-El rey de la comedia (1982)

Películas como Guasón o buena parte de las comedias llevadas adelante por figuras como Ben Stiller, Adam Sandler y Will Ferrell han sido posibles gracias a este film, que en el momento de su estreno fue un injusto fracaso de taquilla. Pero también no dejó de ser lógica la recepción, porque estamos ante una película que es un tratado extremo sobre la incomodidad y alienación, además de los límites difusos entre la realidad y la ficción. Una obra maestra de la amargura, que al mismo tiempo representó el cruce perfecto entre estilos de actuación.

1-Toro salvaje (1980)

En 1978, Scorsese estaba en el punto más bajo de su vida, tras el fracaso económico de New York, New York (1977) y una sobredosis por su adicción a la cocaína. De Niro lo visitó en el hospital y le dijo que debía recuperarse porque quería hacer con él una película sobre un boxeador llamado Jake LaMotta. Resignado, Scorsese aceptó y el resultado fue una obra maestra absoluta, que ya desde la secuencia de créditos nos anticipa que será una experiencia agotadora y vital a la vez. Estamos, sí, ante la que posiblemente sea la mejor película del cineasta y una de las mejores de la historia, un drama deportivo, íntimo, familiar y moral profundamente conmovedor. Scorsese resucitó así su carrera, porque supo encontrar, en un personaje repleto de imperfecciones y miserias, la perfección artística y cinematográfica.