En el museo MARCO La Boca se exhibe “América”, una exposición individual de la artista argentina Adriana Bustos, donde despliega un mapa con un único curso de agua que une algunos de los ríos más importantes de Sudamérica, en un cauce de agua histórico. Hablamos con ella sobre los diversos aspectos ambientales y políticos que encarnan las obras y sobre la pejerreina, la gran protagonista de la muestra.

En esta muestra trabajás con el concepto de América, del eterno reclamo acerca de por qué los norteamericanos se apropian del término para referirse a su país y a su gentilicio, excluyendo al resto. Y reconstruís la geografía del continente pero a través de un elemento en particular, como son los ríos y todo lo que sucede a su alrededor

Como dice el texto curatorial de Eva Grinstein, ante todo lo que se formula es una pregunta, acerca de qué es América, algo que desde el norte no se preguntan al respecto. Si es el nombre del continente entero, ¿por qué Groenlandia no es considerado América, por ejemplo? La muestra se propone cuestionar cuáles son los conceptos y los criterios que conforman el enunciado “América”. ¿Alaska es América? ¿Y qué pasa con las Islas Malvinas? Los británicos consideran que es una parte de su territorio, no lo es, pero piensan que lo es. Es una apropiación muy atrevida de mi parte, pero también es una pregunta. 

Una de las obras principales es la carta de navegación, un dibujo que mide 10 metros de largo, ¿es el más grande que hiciste hasta ahora? 

Trabajé con dibujos de grandes dimensiones en otras oportunidades. La carta de navegación es un mapa que recorre el continente a través de un elemento específico como son sus ríos. Se trata de un mapa fluvial, que no respeta necesariamente el cauce real de esos ríos sobre el territorio geográfico, pero que están unidos a través de la historia, de los tráficos legales y los ilegales que circulan por ellos desde la época de la colonia. 

Vengo dibujando el continente desde una perspectiva de la identidad del colonialismo, trabajando con un gran archivo, sobre todo en lo que tiene que ver con imágenes de cronistas o imágenes coloniales, intentando articular o desentrañar esta identidad contemporánea con aquel pasado.

Hay muchas fechas que buscan ser una referencia documental, por ejemplo de las represas que vienen alterando no sólo los cursos y caudales de los ríos, sino la fauna, la flora, la vida acuática. Y en consecuencia, a las culturas originarias que permanecen en estos lugares y están siendo extinguidas por los cambios en las alteraciones ecológicas del medioambiente del que subsisten.

La estructura de este mapa me hace acordar a tus obras que asemejan constelaciones, y son como mapas mentales. Me encantaría saber cómo funciona tu cabeza relacionando esas imágenes, referencias y personajes, no siempre obvios

Trabajo con imágenes de archivo, que almaceno, ordeno y guardo. Quizás no entran en un proyecto, pero quedan dando vueltas. Muchas de las imágenes que conforman el mapa quedaron fuera de otras obras y acá decidí retomarlas. A diferencia de dibujos anteriores, para este elegí hechos y situaciones contemporáneas, por eso hay escenas reconocibles, de películas y construcciones actuales. 

Cuando hago una de estas obras, siento que la relación entre las imágenes es evidente. Hay un hilo conductor, pero cuando llegan al público, esas conexiones que la gente hace a veces son completamente distintas y se abren en otras direcciones. La información se va multiplicando y la interpretación está muy vinculada a la historia personal de cada uno.

Incluiste la fachada de instituciones culturales como el Museo Marco La Boca, y otras como el MACRO y el Parque de la Memoria.

Me parecía importante reflejar estas arquitecturas que se construyen cerca de los ríos, donde también fluye y florece el arte y la cultura. El museo MACRO, en Rosario, fue unos de los primeros museos que arma una colección de arte contemporáneo en la Argentina, en la orilla del río Paraná. Y está el MARCO, donde se exhibe esta muestra, a metros del Riachuelo.

Hablás de tráficos coloniales y contemporáneos vinculados a las drogas. A veces me da la sensación de que las nuevas generaciones de artistas argentinos, no se meten con ese tipo de debates incómodos. Subsiste una leve tendencia de arte más político, un poco diluido, pero son muy contados los artistas que se involucran con estas temáticas

Se trata de un hilo de ríos de sangre, con diferentes modalidades, desde la contaminación hasta el terrorismo de estado, el terrorismo del narcotráfico, de los militares, de los paramilitares. Los tráficos de productos legales e ilegales. Está el Puente Alsina, que ahora se llama Ezequiel Demonty, el nombre de un chico que la policía bonaerense mata tirándolo al Riachuelo. El río sigue siendo un lugar de muerte, de sepultamiento, de fosa común anónima. Por eso también aparecen los vuelos de la muerte, los cuerpos tirados al río para hacerlos desaparecer en la dictadura cívico-militar.

Tambien trabajás con el tema de la mutación de los animales a causa de la contaminación

Hace tiempo que me interesa investigar los bestiarios de Indias, estas alucinaciones que tenían los cronistas que llegaban al continente. Muchas de ellas consistían en descripciones textuales y algunas son dibujos. Veían lo que estaban preparados y lo que esperaban ver, estas alucinaciones de animales y seres fantásticos y monstruosos. Una vez que se comprueba la inexistencia de esos animales, no es que esa valoración del horror y la monstruosidad desaparezca, sino que son proyectadas hacia las comunidades originarias, que son vistas como monstruosas y por ende perseguidas hasta la extinción.

En los últimos años aparecieron nuevas especies, seres deformes como una tararira ciega que descubrieron en el río Paraná en 2015. Lo curioso es que está catalogada como una nueva especie, cuando en realidad es efecto de las transformaciones genéticas por la contaminación. También hay una representación de aquellos bestiarios, algunas figuras que aluden a esas alucinaciones de los cronistas, en contraposición a estos nuevos peces deformes. Aquello alucinado, esa monstruosidad del siglo XVI, que cuando el sueño se hace realidad, se convierte en una pesadilla, que son estos animales que han surgido. 

Uno de estos mutantes es una especie de sirena, una de las quimeras más famosas y antiguas en el mundo de la navegación, y en la cultura popular; una historia que lleva siglos en la cultura occidental, que fue llevada al cine por Disney en una versión más edulcorada, no como en el cuento de Andersen, que es mucho más crudo 

Este ser mutante y monstruoso es la pejerreina. Me interesaba que sea un pez local de nuestros ríos y elegí al pejerrey, que es el rey de las aguas. Y es hembra, así que se trata de una pejerreina. La cola de esta sirena latinoamericana y deforme se corresponde con el entramado de la cola del pejerrey. 

Acá la imagen es mucho más chocante que el símbolo sexual que representa la sirena, pero sigue manteniendo el erotismo innato de la figura

Sí, mantiene cierto erotismo. Es una sirena sexuada que tiene sexo.

Y junto a la pejerreina vemos el video de un viaje, una navegación que hiciste recientemente

La instalación audiovisual de la pejerreina se completa con el registro de una navegación que hicimos en el mes de febrero por la provincia de Misiones. De cierta manera constituye el hábitat de esta antisirena. La intención del viaje era llegar a un paisaje que sea lo más salvaje posible. Así surgió la idea de la navegación por este arroyo, el Chimiray, en el límite entre Misiones y Corrientes, sugerido por el artista misionero Andrés Paredes. Ya había realizado previamente navegaciones similares en Argentina, Bolivia y Vietnam. Una de ellas se realizó como parte de una residencia del Goethe Institute, donde remontamos el río Paraná junto a otra artista remando durante más de un mes.

Hay una obra con un pigmento muy especial, que brilla de manera increíble. ¿Cómo lograste esa pintura de cobre? El material que tambien utilizaste para la pequeña escultura de la Amazonas.

La pintura fue realizada con un pigmento de cobre. Los metales son un elemento muy importante en esta muestra, donde se tratan temas como la minería, el extractivismo y la contaminación. No quería usar el bronce para la escultura porque históricamente es el material que se utiliza para los monumentos de próceres y acontecimientos históricos, cuando esta obra va en sentido opuesto. Me gusta el cobre como material, me parece muy noble, aunque a veces no se lo considere de esa manera. 

Sólo nos queda invitar al público a visitar el Museo MARCO y descubrir “América”

¡A descubrirla, no a conquistarla!