“Scream Queens” se les llama a las actrices que logran fama tras especializarse en protagonizar películas de terror. Grandes figuras de Hollywood como Jamie Lee Curtis (“Halloween”) y Drew Barrymore (“Scream”) son reconocidas con este mote sin que eso les impida tener gran éxito en otros géneros. Pero el terror mueve fanáticos como pocos géneros en el mundo (no hay convenciones de comedias románticas donde los fans van disfrazados de sus personajes preferidos, para dar un ejemplo) y las Scream Queens son veneradas y celebradas por millones.

En Argentina, el cine de terror tuvo un gran resurgimiento en la última década. Pero faltaba una actriz que el fan pudiera asociar a este género. Hasta que llegó Clara Kovacic. Con un primer rol muy de reparto en el thriller “Baires” de 2015, Kovacic participó en más de treinta audiovisuales en los últimos siete años.

De ese total, trece corresponden a películas de terror, muchas filmadas en inglés, para acceder más fácil al mercado internacional que demanda títulos de horror como si fueran de dulce de leche. “Abrakadabra”, “El último zombi”, “La parte oscura”, “What the Waters left behind 2” y muchas otras cuentan con la actriz en sus filas. Lo de ella es dar miedo a la gente.

M.O: Más allá de tu trabajo en las películas, se nota que sos una apasionada del cine de terror. En tu Instagram hablás de películas de terror, las recomendás, hacés vivos de IG en canales especializados. Vivís el género.

C.K: Es como vos decís: me encanta el cine de género y lo defiendo, para mí es muy atractivo. Lo busco desde muy chica, descubrir estos mundos de monstruos y de lo sobrenatural. Siempre me dan más miedo las cosas que veo en la vida real que lo que veo en el cine.

M.O: ¿Con qué película o actriz del género te identificás más?

C.K: Sin dudas Sigourney Weaver, por “Alien” y sus secuelas. De hecho, la historia de cómo se hizo Alien es muy interesante. Un escritor llamado Dan O´Bannon había escrito el guión y la quería dirigir, pero el estudio (la Fox) no lo tomaban en serio: ¿cómo un alien va a embarazar a la gente? Le decían que quería hacer una porno con alienígenas. Y cuando le preguntaban cómo iba a ser el monstruo, él no lo podía describir con exactitud.

Hasta que agarra un libro de dibujos y diseños del artista plástica suizo H.R.Giger y les dice: “es esto”. Eso selló el trato, aunque al final el director terminó siendo Ridley Scott. Giger era un artista que no quería salir de su casa, un tipo muy especial. Pero por esa película terminó ganando el Oscar y legitimizó al género de monstruos. Porque esa obra de Giger era súper perturbadora, pero al mismo tiempo era muy atractiva, había una belleza oscura.

M.O: Lo que tiene que ver con lo sobrenatural es un género que atrae mucho a todo tipo de público, adolescentes y adultos y hombres y mujeres por igual.

C.K: Antes que existiera el fandom de las películas basadas en cómics como Marvel y DC, ese mismo furor existía entre la gente que mira cine de terror. Yo soy camada de los 90s y amo el cine de los 80s aunque obvio no lo pude ver en el cine en su momento. Y esas películas generan fandom, fanatismo: Alien, Depredador, son personajes que generan franquicias, merchandising. La gente va a las convenciones disfrazados de estos personajes. Salvo el tema de los comics, ningún otro género cinematográfico genera eso.

M.O: ¿Creés que la tecnología actual le quitó la magia al terror?

C.K: Hay un tema con el abuso del CGI (efectos digitales) que le quita realismo a una película. Es diferente ver a un monstruo armado con elementos físicos que verlo generado por computadora. Cuando a una de esas criaturas la veo respirar y babear, me genera otra cosa que ver un diseño digital. La tecnología no tiene que soltar al despliegue del arte porque es muy importante. Pensá que muchas de estas películas como “Tiburón”, “Alien”, “Halloween”, salieron hace más de 40 años y seguimos recomendándolas.

También hay otra cosa que cambió la forma en la que se hace el cine de terror que tiene que ver con la edad. El terror de antes llegaba a los cines por más que fueran muy adultas, y hasta había un mística alrededor colarte en el cine de chico. Hoy el material tiene que ser apto para mayores de 13 años para que los chicos puedan verlas, ya que son los que más gastan en el cine y eso limita lo que podemos mostrar y disfrutar los adultos.

M.O: ¿Y en Argentina qué tipo de cine de terror se produce?

C.K: En Argentina (y Latinoamérica en general) el que hace cine de terror lo hace por fanatismo, rodeado de gente que lo hace con mucho amor. Esa es la manera en la que se hacía cine de terror en los ´80 en Estados Unidos. Y ahora es la manera en la que se hace acá, con directores que buscan su lugar en el mundo del cine de género, en un mercado que ya está saturadísimo. El cine comercial te dice “hacé esta película, pero no le pongas mucha sangre (o nada directamente)” mientras que el independiente tiene mucha más libertad. Al no haber plata para resolver los problemas, tenés que ser mucho más creativo.

M.O: Muchas películas tuyas se vieron más en el extranjero que acá en Argentina. Y muchas de esas películas se filmaron en inglés. ¿Cómo hacés el trabajo de actriz sabiendo que es para todo el mundo y no sólo el público local?

C.K: Siento que el público de cine de terror es mucho más abierto a ver películas de otras nacionalidades y por eso muchas películas, por más que sean argentinas de producción, se están filmando en inglés. Por ejemplo, un país como Corea compra muchísimo cine de terror nacional. Me han escrito personas de Tailandia para decirme que estaban viendo mis películas porque las compraron en plataformas de ahí pero que nadie compró o estrenó en Argentina.

Conocidos de México me dicen que las vieron en el cine, pero acá no porque el espectador argentino promedio consume más las comedias románticas o los policiales, pero siempre digo lo mismo: ojo que las nuevas generaciones no ven eso, y es un público que quizás nunca vio una película argentina por ese motivo. Están mucho más interesadas en el cine de terror y las animaciones para adultos.

M.O: Y no es una cuestión de talento porque las películas argentinas que se estrenan en otros países le compiten de igual a igual a producciones europeas o norteamericanas por más que estén hechas con una fracción del presupuesto.

C.K: Hay mucha gente talentosa haciendo cine acá y muchos productores de afuera están viniendo a filmar. El nivel técnico y humano es excepcional. De hecho, el otro día estuve filmando con el sistema STAGECRAFT, que son esas pantallas gigantes que transmiten los fondos, algo que antes era impensado. Me da bronca que directores y gente de afuera, como Cal Evrenol (“Baskin”) me hable de películas nacionales que vio, pero que acá no se estrenan. Él es un director muy groso a nivel internacional y tien una colección de Blurays de películas argentinas de terror, que son ediciones extranjeras. Quisiera que esas películas pudieran verse en nuestras salas y en plataformas.