Fotos: Gentileza Teatro Cervantes

El compositor y multi-instrumentista, solista y miembro del Sexteto Irreal, recibió a Zibilia luego de la función de El hombre que perdió su sombra, dirigida por Eleonora Comelli y Johanna Wilhelm. Axel Krygier, que compuso la música que él mismo interpreta en escena junto a Alejandro Terán, habló de la obra y de su momento actual.

Al final, ¿qué es una sombra? Es solo una zona oscura que anuncia que hay algo entre la luz y una superficie opaca. Algo que confirma nuestra existencia material, nada menos. Todo hace sombra, hasta lo que no está vivo. Lo demás, es aire.”, detalla en las primeras líneas del programa la ilustradora y cantante Isol Misenta. El hombre que perdió su sombra, de Eleonora Comelli y Johanna Wilhelm fue creada a partir de La maravillosa historia de Peter Schlemihl de Adelbert von Chamisso, escrita en 1813. Cuenta con un elenco que lo da todo en escena y al cierre, dan ganas de ir a abrazar a todos los involucrados largo y tendido.

Es sábado, comienzo de las vacaciones de invierno, el clima está templado, nuboso, aceptable para pasear. La imponente sala María Guerrero del Teatro Cervantes | Teatro Nacional Argentino está casi colmada, sólo faltan espectadores en el Paraíso. Hay murmullo de grandes y vivaces intervenciones de niñes asombrados por el escenario y las luces. Apenas pasan 10 minutos de la hora señalada y el público se inquieta, aplaude: la demora sólo se debe a que todavía quedan personas rezagadas. No pasa un minuto que las palmas se avivan otra vez y es por el ingreso campante y simpático de Axel Krygier y Alejandro Terán para ocupar sus puestos de ejecución: Axel al piano, Alejandro al violín. Las luces bajan, el silencio colma la gran sala, la música comienza y con ella el despliegue de los personajes y sus sombras.

Entrevista: Ricardo Cabral Realización: Felipe Malatesta

La puesta es de ensueño: ilustraciones y sombras articuladas con retroproyectores, tonalidades amables, música de inmersión en una historia de fantasía que toca las fibras más sensibles de nuestra humanidad: “todos somos luz y somos sombra”, será difícil dejar de cantar ese verso una vez abandonada la sala.

No es difícil notar que el Axel solista, el del Sexteto Irreal y el que lleva la batuta en El hombre que perdió su sombra pueden coincidir en un cariz: el de un atento intérprete y creador de mundos fascinantes, que puede pasar de la seriedad argumental a la denodada risa, siempre invocando a diferentes estéticas musicales que prodigan álgida emoción. A pesar de que el post de una función puede resultar tedioso, nos recibió amablemente para ofrecernos algunos detalles de la obra y su propio devenir.

¿Habías trabajado antes con obras para niños…¡para niñes!?

Para niñes había hecho hace bastante tiempo una obra en Agronomía, con gente que pertenecía al Periférico de Objetos, dirigida por Gabriela Marges y un grupo de percusión que se llama Paralelo 33. Con ellos hice una obra sobre Galileo Galilei, se llamaba Galileo. Esa fue la primera experiencia para chicos.

La primera en teatro fue también con algo parecido, teatro musical con comicidad, fue con el Club del Clown. Yo tenía menos de 20, o sea que era un pichi total, pero con un gran director, Roberto Villanueva.

Así que eso es lo que se me da sin buscar demasiado.

¿El proceso para esta obra fue largo? Porque parece resultar compleja en diferentes niveles...

Sí, no fue tan largo como complicado. Mi trabajo comenzó en noviembre de 2017 y estrenamos en mayo del 2018. Ya venía craneando canciones y una vez que comenzamos a ensayar, empezamos a interactuar con las escenas propiamente dichas. Y a buscarle músicas a esas escenas. Pero bueno, hay un trabajo que primero viene con el guión y meterse, y después ponerse con dedicación.

Hace poquito subieron la banda de sonido a plataformas virtuales…

Ayer. Hace un tiempo habíamos subido el último tema y mientras tanto pude terminar el disco.

Son 15 tracks…¿en estudio?

Sí, es en estudio pero todo tocado de una y al mismo tiempo con (Alejandro) Terán. Después yo sumé bajos para reforzar el sonido y también bastantes ambientes. Grabamos las voces otro día en estudio. Y también los hice grabar cositas para después usarlas entre los temas y hacer una producción donde pudieras imaginar un poco lo que se ve.

¿Hiciste grabar al elenco o hay otras intervenciones?

Los tres actores que cantan grabaron sus canciones y también algunos de sus parlamentos para poder mecharlos, hacer una especie de audio cuento, aunque no fui tan lejos. Es la música incidental, más cosas que ayudan a refrescar la memoria si la viste, y a imaginar si no la viste.

En tu background, ¿recordás de chico algo que te haya resultado inspirador?

María Elena Walsh, Pipo Pescador también, ¡hasta Gabi Fofó y Miliki también! (jajaja). Pero también Pedro y el Lobo. Eso es un cuento que está orquestado, lo escuché de más grande. Después los Beatles, mucha música que usaba el recurso del cine, donde aparece mucho foley o ambientes, las voces que son como extra musicales.

Vimos que hay múltiples recursos, entre ellos reminiscencias al cine mudo.

Sí, sí, hay comicidad, bastante humor. Eso es bastante natural, bastante cercano a mi lenguaje.

De hecho, hay veces que con el Sexteto -no sé si el recurso es el Vocoder- que solés emplear es el momento de cierta cómica deformidad.

Sí, eso es como una ayuda para transformarse y empezar a batir cosas un poco más picantes.

La temática del Hombre que perdió su sombra, “todos somos luz y somos sombra”, parece una sentencia, ¿no? Un mensaje universal.

Sí, para hacer esa canción yo sentía que había que poner algo que incluyera todo y que reflejara esa filosofía casi taoísta o confucionista. Me metí bastante en esos terrenos para ilustrar con la letra ese hecho de que lo que está acá, es relativo a donde lo mires. Y bueno, que no somos malos o buenos, todo eso… Bastante simple como mensaje pero importante a su vez.

En otra vía quería consultarte sobre tu último registro en estudio como solista, Hombre de Piedra, es de 2015. Imagino que has hecho más cosas en este tiempo, una de ellas con el Sexteto, que cada tanto aparece.

El Sexteto es un grupo performático, no tiene vida aparte. Nos divertimos pero nos juntamos en escena, no hay ensayos, le decimos “ensashow” al fenómeno del Sexteto. Y después en el medio hice muchos temas, algunas películas, obras de teatro. Algunas que están por ser estrenadas. Sobre todo si te referís a la propia creación, no tuve tiempo de darle un cierre ni definición a mis propios temas. Porque bueno, tengo una hija de tres años, el tiempo se te escurre entre las manos, como arena.

O sea que esta obra llega en consonancia con la paternidad. ¿Podrías recomendarnos alguna otra obra en cartel?

Sí, claro. La obra El porvenir de Eleonora Comelli, que tiene una puesta muy impresionante. Es en la Sala Martín Coronado del San Martín y tiene música de Zypce, es increíble.

NdeR: El Sexteto Irreal es una suerte de dream team conformado por su compañero en El hombre… Alejandro Terán (responsable de la dirección, entre otras, de 11 episodios sinfónicos de Gustavo Cerati); el productor y astro del Theremin Manu Schaller; el bajista y contrabajista Christian Basso y el baterista y bandoneonista Fernando Samalea. Cuentan con un disco publicado en 2010 y una serie de reuniones “ao vivo” cada año.

Cuando era un pichón, Axel fue parte de la banda de rock Instrucción Cívica, junto con Kevin Johansen y Julián Benjamín. En la primera mitad de los 90, integró La Portuaria y en 1997 fue músico colaborador de Soda Stereo, en la gira El último concierto.

Zypce es Federico Zypce, compositor, intérprete, constructor de instrumentos no convencionales, técnico de sonido y cantor de tangos. Y una más: hermano de Isol Misenta, con quien conformó Sima.