Bernarda vigila, todo lo puede. Pero subestima el peligro de querer controlar los corazones ajenos, como si fueran propios. Cuando el deseo es vedado, como tapeado con cemento, se convierte en una fuerza desconocida que empuja paredes, hasta derrumbarlas.

Esta obra, habla de eso. Del deseo, de la sangre, y una madre que detiene el tiempo en una muerte. Habrá Revolución. Una pesadilla ingobernable que ahoga y palpita, la del cuerpo, que florece.

Última fecha

vie

26

junio / 2020

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