Musidora hizo su aparición en Les Vampires, en el capítulo 3, en diciembre de 1915.

Musidora fue la primera vampira de la historia del cine, integrante de un grupo de vampiros delincuentes en Les Vampires (1915) de Louis Feuillade, serial cinematográfico de 10 capítulos. Para la mirada actual, su personaje, Irma Vep, que corre por los techos, roba, viste de látex, hipnotiza y no se alimenta de sangre, es muy parecido a Gatúbela.

Cuenta la leyenda que cuando el director Louis Feuillade la conoció quedó impresionado por su agilidad corporal y el tamaño de sus ojos, ideal para el cine.

La novedosa, moderna y fuerte imagen de Musidora como Irma Vep (anagrama de Vampire), cristalizó la imagen de la #Vamp, arquetipo de mujer mala y seductora, germen de la mujer fatal.

Musidora inspiró la ópera prima de Olivier Assayas, Irma Vep (1996) con Maggie Cheung.

Musidora (1889-1957) fue una estrella del cine mudo francés que maravilló no sólo al gran público sino también a poetas, artistas y escritores de toda una generación: en 1928 Louis Aragon y André Breton le dedicaron la obra que da nombre al revelador e imprescindible #documental de Patrick Cazals, Musidora, la deuxième muse, que mañana 14 de octubre y el sábado 28 de octubre se proyecta en el ciclo de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.

La tierra de los toros, uno de los films que Musidora produjo, dirigió e interpretó. Con Antonio Cañero, en España.

La vedette francesa fue también crítica, directora y productora. Forjó un discurso sobre el cine, escribiendo en revistas especializadas. Tras un par de intentos por dirigir que resultaron un fracaso, Musidora fundó su propia productora. En 1921, cuando ya había estrenado varias películas, se enamoró del torero Antonio Cañero, con quien se mudó a España. Allí rodó otros films, personales y originales, como La tierra de los toros (1924), que protagonizó junto a su amante.

Una vez que se retiró del cine Musidora se casó, tuvo hijos, se dedicó a escribir y a pintar.

Sin embargo, la difusión de la película debió detenerse cuando Cañero abandonó a Musidora por una estrella de cine rusa. Era 1926. Musidora regresó a Francia y abandonó el cine, un arte donde había transitado una febril, intensa y emblemática carrera.