Isidoro Laufer, Ruy Rodríguez, Sergio Mulet y Reynaldo Mariani del grupo Opium.

No es conocido que en Buenos Aires, durante la década del 60, existió una activa y prolífica generación beat, que no tuvo nada que envidiarle a la norteamericana. Agrupada principalmente en dos grupos Opium y Sunda, los jóvenes beats encontraron su fuente de inspiración en el lenguaje, la noche porteña, el cine, el arte y la música, en especial el jazz y el rock.

Una de sus figuras fue Sergio Mulet, modelo, novelista y actor. Fue quien escribió la novela Tiro de tracia, en la que se basó la película homónima de Ricardo Becher en 1969, que tuvo al sexy Mulet de protagonista.

Como relata el libro Argentina Beat ( Caja Negra Editora ): "Su vida estuvo colmada de vivencias duras, como los cinco años que pasó en la cárcel en Bolivia, y de fantasías: sobrevoló Ibiza en los años 70; en la década del 80 recaló en Madrid, donde permaneció largo tiempo, hasta que en 2007 se trasladó a Rumania con su última mujer, Nicole.Y por entonces, nada se supo de él. Nadie imaginó que su esposa iba a asesinarlo ese mismo año con un arma blanca en una aldea de Transilvania."

La muestra recorre el derrotero artístico de los beatniks porteños.

Como la de Mulet, las vidas de estos artistas fueron alocadas y misteriosas. La exposición Dejalo Beat, echa merecida luz sobre estos enormes creadores -entre los que también se cuentan Ruy Rodriguez, Reynaldo Mariani, Néstor Sánchez, Gianni Siccardi y Poni Micharvega- silenciados por la historia canónica de la literatura argentina.

Hasta el 16 de julio, gratis, en la Biblioteca Nacional