Primera ópera de Henze basada en la obra de Miguel de Cervantes (1948, estrenada en 1949). Un grupo de teatro se mueve de un lugar a otro. El director Chanfalla y su ayudante Chirinos anuncian al público un gran espectáculo en el cuál los actores sólo podrán ser vistos por los espectadores engendrados legítimamente por padres cristianos. De hecho, en el escenario nadie puede ver nada. Sólo el director y su compañero Chirinos explican lo que está sucediendo. Los espectadores son aturdidos y pretenden estar experimentando toda la acción a primera mano. Como los dos protagonistas anuncian la publicación de un toro salvaje, todos permanecen postrados. Las niñas comienzan a gritar. De esta manera, la idea sigue su curso hasta la irrupción de un soldado que quiere conseguir alojamiento y comida para sus tropas. Debido a que, por supuesto, él tampoco ve nada, los demás espectadores lo declaran un mal cristiano. La presentación culmina en una campaña contra los soldados. El director de Teatro Milagros queda extremadamente satisfecho con el resultado.