Celebrando el 24 de agosto, natalicio de Jorge Luis Borges y Día del lector
Tanto Sarmiento como Borges leyeron, junto con obras literarias y filosóficas orgánicas y consagradas, material de segunda mano. Y es ese tipo de material (de lectura fragmentaria e incluso sesgada) el que también pone en funcionamiento sus capacidades de crear y de inventar, y es en ese núcleo donde puede detectarse un ejercicio de la originalidad. Ambos escritores son, ante todo, lectores; y saben –o acaban proponiendo– que la originalidad no radica solo en la invención ex nihilo: también puede estar en la puesta en relación de ideas preexistentes, porque es fundamentalmente en las articulaciones que producen que surgen sus más luminosos hallazgos. En el encuentro buscaremos repasar el modo en que Sarmiento y Borges leyeron, lo que implica también repensar cómo fueron o cómo pueden seguir siendo leídos.