El documental se centra en las vivencias de las mujeres que ejercen o ejercieron la prostitución, mediante un relato coral narrado por sus protagonistas, frente a una cámara que actúa de acompañante y de guía en toda la película. De esta manera, sin la utilización de una voz en off, se busca la construcción de un cine de transparencia, que se desarrolla solo mediante los testimonios.
En este sentido, la película se introduce en el debate dentro del movimiento de mujeres, que plantea las diferentes posiciones sobre la prostitución. Así, se presenta la compleja problemática respecto a las diversas posturas que dificultan el dialogo y un posible acercamiento.
Por un lado, el modelo abolicionista, que no trata de prohibir la prostitución, pero sí reconoce que la misma expone a la persona a una situación de extrema vulnerabilidad, y que por lo tanto, el Estado debería dar garantías de tener alternativas de vida, sin criminalizar a las mujeres. Mientras que el modelo regulacionista exige la intervención del Estado para el reconocimiento de derechos laborales y de seguridad social de quienes ejercen el trabajo sexual libremente. Y finalmente el modelo prohibicionista, que plantea prohibir la prostitución y la considera un delito. De esta manera criminaliza a la persona que ejerce la actividad. Esta política implicaría el paso a la clandestinidad de aquellas personas que ofrezcan servicios sexuales.
Con los testimonios de valiosas voces dentro del sector emergente del feminismo, en la escena política del país: Georgina Orellano, Laura Meza y Eneide Ruiz por parte de Ammar Trabajadoras Sexuales; Graciela Collantes, Dlia Escudilla y Natalia Mitre por parte de Amadh (Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos) y Margarita Meira de Madres Victimas de Trata, entre otras.
De esta forma, Sofía Rocha aborda un tema de gran complejidad y expone todas las perspectivas, para invitar a reflexionar al público, que tiene la posibilidad de escuchar a las verdaderas protagonistas del debate.
Dirección: Sofía Rocha //