Si las hojas de un árbol caen, no pierden vitalidad ni armonía aunque estén en medio de la ciudad. Se comporta el viento con fuerza para limpiar y desplazar los elementos en cualquier territorio. Se movilizan nubes y develan lluvias por una aleatoria necesidad, provocan colores, nutren tierra e impactan en asfalto. Crecen las raíces en espejo, para recordar su historia, levantando hasta a la más dura baldosa si su recuerdo es fuerte y largo. Cantan los pájaros en las mañanas de bocinas, igual que en cualquier bosque o playa. Acciones imprescindibles guiadas por necesidades reveladas: transformarse para equilibrar el ambiente, no dejarse emparchar la presencia y adaptar sus formas para cuidarse, para persistir buscando armonías. En cada acción existe un hecho de convivencia, que genera oxígeno, que genera cosecha, que genera belleza. Ser un ser vivo y además humano no nos aleja de las mismas necesidades ni acciones. Pero nos ancla a través de una razón tirana que muchas veces incita a desaprender lo vital: buscar transcender sin destruir, provocar belleza sin consumir y cuidarnos sin poseer. Reaccionar con la intención de un equilibrio que fuimos olvidando, es saber repetir los errores que enseñan, para sentirnos más humanos.

Texto: Idea original Cuore, interpretado y pulido por Solentina

Quiénes

Artistas: Solentina //

Última fecha

vie

30

septiembre / 2016

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