La obra de Carmen Imbach sorprende por la materialidad característica de sus obras, la utilización del hilo y el tejido sin aguja, técnica personal que desarrolla luego de años de investigación.

Con su técnica entrecruza diferentes lenguajes hasta culminar con sus dibujos bordados, en los textos y retratos que marcan la identidad de su trabajo. Su obra se destaca por la sutileza y el claro mensaje feminista que atraviesa todas sus series.

Carmen Imbach investiga y reflexiona sobre los vínculos afectivos que sostienen el universo doméstico de la vida cotidiana, la técnica como legado y las materialidades asociadas a la mujer (como la costura, el hilado y el tejido).

La selección del Salón Pueyrredón como espacio expositivo y la puesta en dos de sus Salas acompaña y fortalece la lectura de su obra en la exposición “PLIEGUES SOCIALES”, en un espacio disruptivo fuera de la escena convencional de las artes visuales. El Salón Pueyrredón, considerado uno de los ámbitos más importantes del circuito cultural undergraund, abre sus puertas para esta exposición.

La elección de un espacio alternativo con la instalación central “Los espacios domésticos no se silencian” de la serie Mapas Femeninos aporta nuevas lecturas de nuestro contexto social. En la instalación “Los espacios domésticos no se silencian” el cuerpo femenino se concibe como cuerpos que dibujan horizontes revolucionarios: domesticidad y mandatos familiares, el impacto de lo tácito en la infancia; y cómo el lenguaje pasa por el cuerpo de las mujeres y los niñxs. Estos son los parámetros en los que se centra el trabajo de la artista.

La instalación ha sido presentada en múltiples espacios, adaptada a cada una de las salas en donde ha recorrido, como Uruguay, España y China. En la serie se recrea una historia relacionada con episodios de violencia en las relaciones intrafamiliares, que hoy son anunciados por los medios impresos como una tragedia feminicidio mientras que antes se les llamaba crímenes pasionales. Los vestidos de mujeres la imagen de una niña y un niño, se disponen en el espacio creando un nuevo marco en forma de cuerpos desaparecidos y un muro de protección para la infancia que está atrapada en el entorno doméstico, en un contexto de violencia familiar. Los cuerpos desaparecidos son aquellos cuyas vidas fueron arrebatadas, mientras que otros ponen sus cuerpos para proteger a sus hijos de las brutalidades diarias, la mayoría de las veces ejercidas por hombres. En uno de los vestidos podemos leer No volverá a suceder, sabes que te amo, lo siento, una frase que algunos hombres suelen decir para pedir perdón después de agredir a sus esposas.

Una luz dirigida hacia la instalación deslizándose a través de la urdimbre, proyectando sombras, espacios vacíos y llenos, formando parte de un mundo invisible que trata de visibilizar con la intención de reflexionar para evitar naturalizar estas violentas relaciones físicas y psíquicas, como una advertencia para dejar de esperar el ojo morado magullado, y en última instancia, muerte. El único adjetivo que las mujeres no queremos es el de ser olvidadas o silenciadas, porque no queremos que la condición femenina sea un símbolo de la condición humana, enuncia la artista.

La obra “Pliegues sociales” colgada en una pared desde una soga y “Los espacios domésticos no se silencian” irrumpen el espacio de las salas intentando dialogar con los espectadores la no naturalización de las violencias de género. Partiendo de una frase del Premio Nobel de la Paz, Kofi Annan en donde hace referencia a la paz.

Carmen imbach dibuja con hilos de colores con escritura no legible, algo confusa, al igual que las soluciones que encuentran las políticas de estados.

Quiénes

Artistas: Carmen Imbach // Curador: Carolina Viacava //

Última fecha

mié

6

julio / 2022

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