Para Roxana Salvatori los nidos son construcciones de amor. Destino profundo y sabio para engendrar todos los gestos de amor; El dar y el compartir. Las pinceladas de la artista que descubre y testimonia estos mensajes de la naturaleza son ágiles y nerviosas; trazos como las mismas ramas que van rodeando el centro más profundo, pintándolo con amor. Ese centro tibio y tierno.

Como describe en su texto curatorial Roberto Frangella, la pintura de Roxana, de colores sernos, tramas y tejidos intenta recrear ese sitio esencial. Esistencia del espíritu y el cuerpo. Clima indispensable para comenzar el desafío de la vida...

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dom

1

marzo / 2015

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