Un actor se está muriendo. Necesita ser operado con urgencia, una operación de la que no saldrá con vida. Una vez se le ha aplicado la anestesia total, entra en un limbo extraño, un laberinto onírico a medio camino entre sueño y realidad. Pero la realidad del actor no es la misma que la de otros. Allí, con aparente plena conciencia de sí, es visitado por los personajes que interpretó, especula sobre el porqué de ser actor y hacer teatro, y dialoga con quien llegó a convertirse en su gran amigo gracias a la frecuentación de sus textos. William Shakespeare ha sido su vida y su éxito profesional, y su amor por el teatro shakesperiano ha marcado su paso por el teatro. En su irremediable último viaje, encarnando, por última vez, a los personajes que interpretó y, a través de las palabras del Bardo, reflexiona sobre el teatro, el público, los directores, los críticos, la vida y, claro está, la muerte, que tantas veces representó y ahora parece ser más real que todo lo que hay a su alrededor. Ahora, su propia vida resulta tan efímera como ese arte al que la dedicó.

Quiénes

Autor: Hernan Gené //

Última fecha

dom

23

julio / 2017

También te puede interesar