Tanto los críticos de música como el público en general expresan que la grabación en vivo tiene otra calidez, quizás por la fuga prejuiciosa de sentir que el artista, como en una obra de teatro, se desnuda y muestra tal como es. Lo cierto es que la cordobesa Mery Murúa, es tanto una intérprete exquisita que puede cantar con la mejor de la tecnología detrás de una consola, como cantora de parilla que sale a la cancha y canta, simplemente canta.
Sal es un disco para oír desovillando nudos de etiquetas. Viaja desde una Resolana de Dávalos y Falú hasta Aromas del lugar de Emilio del Guercio. Se pasea desde una desconcertarte y conmovedora versión flamenca de Luna de Tartagal del Chango Rodríguez a temas propios como Tu mamá calma, que fue elegido por el Diario La Voz del Interior como bandera contra la prohibición de amamantar en la vía pública. La voz Mery Murúa se tiende salvaje y delgada (como escribió el poeta Preciado) sobre un puñado de canciones, una película de la infancia de las mujeres cantoras del norte cordobés hasta las salinas grandes de la infancia de Mery se lucen en musicalidad de su director Horacio Burgos, junto a José Gómez en bajo, e invitados como Rubén “Mono” Izarrualde, Franco Luciani, la cantaora Nora Rodríguez de la agrupación Alma Mora, Jerónimo Izarrualde, entre otros.