Ella va caminando por el parque, su pelo al viento, cuando aparece el otro, surgido de la nada. Un muchachito con idénticos pantalones negros y la cara totalmente pintada de blanco, una máscara sobre la cual, de manera inexplicable se sobreimprime la máscara de ella, sus mismas cejas elevadas, sus ojos agrandados....

Frente a tantos relatos de hombres sin rostro, senderos que se bifurcan y bibliotecas infinitas, aquí máscara y persona convergen, se imbrican, se funden. Máscaras del mundo, mundo enmascarado: juego de espejos y realidades mezclando caras que se ocultan con máscaras que las descubren... y a la inversa.

Última fecha

dom

27

noviembre / 2016

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