Lo que la peste nos dejó se basa en un simulacro de filmación de una película en vivo realizada por payasos en el que se incluye al espectador como extra. Esto nos permite ir y venir en el tiempo habituándonos a utilizar dos planos discursivos distintos: Uno que cuenta la propia película que se está filmando y otro que cuenta el espacio escénico en torno a los que filman esa película. La utilización de las narices de payaso que, al entrar en escena, señalan el cambio en los planos del discurso, guían al espectador por estas secuencias y permiten a su vez ablandar la crudeza del relato.

Se plantea como hipótesis central que la división que existe entre el norte y el sur de la ciudad reside en este acontecimiento que asoló a Buenos Aires en 1871 dejando tras de sí muchos muertos y un Fantasma. Ese Fantasma funcionó como metáfora del miedo, de aquello que da miedo y que va cambiando de forma con el tiempo. Su nacimiento, crecimiento y trasmutación pretende ser filmada por los Payasos que están obstinados en rodar un documental.

La música en vivo y las letras de las canciones compuestas especialmente, juegan un rol fundamental intercalándose permanentemente en las escenas, definiéndolas y completándolas.

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dom

6

noviembre / 2016

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