A lo largo del tumultuoso siglo XX, especialmente en su segunda mitad, Rusia fue reconocida como una potente usina cinematográfica. De esa época quedan varios clásicos que son ventanas a la cosmovisión soviética, representativas tanto de la etapa que se conoce como realismo socialista como de la llamada época de deshielo, a partir de 1950. Hoy en día, luego del debilitamiento que sufrió la producción a gran escala con la perestroika y el fin del régimen comunista, la industria del cine en Rusia se está recuperando y hay producciones nacionales destinadas al publico masivo acostumbrado a las películas estadounidenses de los '90 y también una nueva generación de cineastas post-soviéticos que apuestan a otro tipo de arte.

Leviathan (2014), de Andrey Zvyagintsev, es una de las películas rusas más premiadas de los últimos años: Mejor Guión en Cannes, Mejor Película en Londres, Globo de oro a la Mejor película extranjera, entre otros galardones. Cuenta la historia de Kolya, un padre de familia del norte de Rusia que se debe enfrentar al corrupto alcalde de su pueblo, que quiere quitarle su terreno y demoler su casa. Frente a la disparidad de fuerzas llama a un viejo amigo abogado, quien en su odisea introducirá más desastres aún en este destrozado paisaje. En el recorrido de Kolya y su familia podemos vislumbrar los costados más sombríos de la Rusia de Putin, bajo cuyo retrato trabajan el alcalde y sus secuaces. La corrupción, la connivencia de la alicaída Iglesia Ortodoxa, el alcoholismo rampante y la falta de futuro en los confines de una nación que supo ser un imperio pero hoy apenas se contenta con abroquelarse tras un rechazo neo-conservador de los valores Occidentales. Leviathan es una película incómoda tanto en términos artísticos como políticos, silenciada en su país de origen pero que, como todo buen arte, logra abrirse camino.

Quiénes

Dirección: Andrey Zvyagintsev //

Última fecha

mié

19

octubre / 2016

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