Martín y Laura tienen poco más que treinta y cinco años. Cuando eran adolescentes tuvieron un hijo, Pablo, que ahora tiene dieciocho. Casualmente, Laura, Pablo y Martín coinciden en el comienzo del verano en Villa Gesell, en el mismo edificio, para pasar unos días de vacaciones junto al mar. Este viaje será la oportunidad para que Martín y Laura se reencuentren en el amor, pero también para reconocerse como padres de Pablo.