La historia se inicia desde el nacimiento del peronismo, sus adeptos y detractores, finalizando luego del golpe del ‘55. Delita, Herminda y Adalberto, los tres personajes de la obra, son extras de cine con pretensiones de artistas. Deambulan de película en película. Se conocieron en una de ellas, “La Cabalgata del Circo” -1945-, y a partir de allí, se entrecruzan las historias. Las mujeres generan entre ellas un rencor por traiciones, verdaderas o ficticias: una le “roba” el novio a la otra, aquella inventa un rumor que le hace perder a ésta una gran oportunidad. En tanto, Adalberto se enamora de Delita. Esta relación se sostiene a lo largo de las dos presidencias de Perón, a través de las diversas filmaciones donde se (des)encuentran, y los grandes ritos de ese momento histórico: el funeral de Eva y el primer festival de cine en Mar del Plata. Allí, entre las multitudes y el gobierno, que elige un film extranjero por sobre uno nacional, se expone y descompone este rencor de años. La vida de estas mujeres está tramada con cine, hasta el extremo de un hijo bastardo oculto al que no se le ha revelado su origen. La última escena es ya bajo las autoridades de una dictadura militar, que se llama a sí misma “libertadora”. Las reglas han cambiado, las listas negras inscriben otros nombres en ellas. Y el “actor”, como siempre, permaneciendo ajeno, se coloca en el mismo ojo de la tormenta. Sueños, ilusiones, envidia, obsecuencia, peronismo, antiperonismo, listas negras, conveniencia, exilio, rivalidad, melodrama, de todo esto y mucho más nos habla “Labios negros”.

La obra, dividida en cuatro grandes escenas, transcurre cronológicamente: “Olor a hombre”, 1950; “Olor a crisantemos”, 1952; “Olor a viento y sal”, 1954 y “Todavía hay olor a quemado”, 1956.

Quiénes

Dirección: Carlo Argento //

Última fecha

lun

25

junio / 2018

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