El acontecimiento creativo no es social, sino estrictamente individual: se mira y se descubre que las formas y los colores son metáforas de espacios y de vida, más allá de marcos ideológicos o de verdades reveladas. Es por esto que lo representado es digno de extrema atención, por sus razones y su ser. Es cierto que la obra casi siempre es un contenedor de fuerzas y de tensiones que sólo se aplacan con el contacto abierto de quien observa el encanto y la inquietud del artista. Cada engranaje de la estructura creativa articulada constituye, a través de las diferencias de la materia y del color, una fuerte asociación evocativa y emotiva que nos hace entrar más allá de la imagen de la obra misma. Ésta es la estructura que el artista elabora y esta forma vive objetivamente y teóricamente, abriéndose al espectador con la fascinación de un mundo equilibrado que es al mismo tiempo emoción y deseo arquetípico. Si se logra entrar en los diversos mecanismos entre los que se mueve la obra de arte, se adquiere un nuevo método de pensamiento que, trascendiendo la percepción cognitiva exterior, en donde conviven la quietud y el movimiento, nos permite una nueva receptividad mental y a veces inclusive física. En estos últimos trabajos, Rafael PARRATORO continúa con su búsqueda basada en un atento estudio de la matemática y particularmente de los algoritmos de la geometría pura y de las formas en el espacio. Aunque parte del uso del moiré y su efecto óptico aleatorio, el artista lo despliega hacia nuevas dimensiones al aplicar nuevas técnicas digitales y nuevos materiales que incrementan la desorientación inicial del espectador para inmediatamente capturarlo en un vértice de luces geométricas. La vasta especificidad de su lenguaje creativo está así pues en su uso sabio del color y de la luz entendida como síntesis digital. Luz y color, los elementos principales de la visión: el ojo humano percibe primero una y después al otro, luego de lo cual su capacidad de elaboración cerebral le permite distinguir las formas y el espacio en el cual están situadas. En esta serie pictórica se hace evidente la progresión geométrica en la cual los signos devienen en gestos y los gestos devienen en color. El color deviene en materia o, a menudo, no materia sino sólo visión, como en el caso del abordaje digital. El proceso genera una obra emotiva que nos concentra en un punto neto que determina la especialidad de la mirada y de la memoria, un mundo complejo que analiza un modo de entender y de representarnos a nosotros y nuestro universo de imágenes, lugares y sensaciones existenciales. La relación entre color y movimiento es una interesante aplicación ulterior de la experiencia cromática de Rafael PARRATORO, donde se propone producir efectos simultáneos y contrastantes entre sí mediante una unión mediática y diligente de gamas cromáticas de variada luminosidad. Tal mecanismo crea una sensación de perspectiva diversa y una sorprendente asimilación del color en un conjunto que invita al espectador a admirar un mundo material que lo transporta hacia lo inmaterial, hacia la trascendencia. Paul Valery escribió que “más allá de la visión cuántica de la ciencia y fuera de la visión solemne de la historia, hay una visión más rica, más difícil de representar y más singular del tiempo, aquella del tiempo-que-acontece, que nos abre al estupor, como al hurto aventurado de la historia que, fiel a su propia naturaleza, el hombre debe recuperar y habitar.”

Las imágenes a menudo móviles definen la fase cinética de la gestualidad, el movimiento espacial de los volúmenes manifestados, en donde es vital la relación entablada con las materias y los colores, el espacio y el concepto. La tecnología digital se ha constituido por lo tanto para él en un camino perfectamente coherente, una instancia técnica fundada en principios precisos y en conocimientos teóricos del devenir artístico que en un discurso lineal a lo largo de ya varios años lo ha llevado a la anulación de aquellas diferenciaciones técnicas en donde a menudo se divide, por inercia, la dicotomía del arte.

Los confines futuros serán sin duda otros, las experimentaciones se multiplicarán, ciertas soluciones seguirán la evolución tecnológica de los medios, pero se mantendrá seguramente inalterada su forma de relacionarse con la creatividad contemporánea como prólogo o como epílogo de la evolución de las formas visuales.

Última fecha

dom

10

julio / 2016

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