Los ingredientes son: un científico con delirios de demiurgo, una chica hermosa, un repertorio de criaturas dolorosamente atrapadas entre lo humano y lo animal, y un Michael York estupefacto y un poco fuera de lugar en la isla del Pacífico a la que llega como náufrago (de paso, las escenas violentas con animales cortan el aliento, son pura ferocidad real en acción). La isla del Dr. Moreau tiene sabor a clase B con un toque de sal (marina); que todo se cocine en una isla es importante porque le da al desquiciado Dr. Moreau un matiz de dios indiscutible dentro de los límites estrechos de esa tierra maldita que no tiene otro destino más que autodestruirse. The Island of Dr. Moreau, EUA-1977, 104'.

Última fecha

sáb

28

mayo / 2016

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