Diestra en la proyección del espacio, Luciana Levinton arquitecta de formación, en lugar de construir, rompe todo lo que está a mano. Arrasa edificios coloniales y modernistas; americanos o europeos; laicos y religiosos. La Catedral de la Habana o la Facultad de Ingeniería de Leicester en Inglaterra quedan literalmente devastadas.

Las construcciones son desguazadas como los autos en los desarmaderos, con el objetivo de seleccionar las mejores piezas y materiales para levantar una nueva obra. Se eligen columnas, ventanas, fragmentos de vidrio y pedazos de hormigón.

En la obra de Luciana Levinton la arquitectura es el punto de partida para la experimentación con las formas plásticas, es la referencia para construir el espacio pictórico. La obra “Whitney VI” por ejemplo es el resultado de la superposición de la fachada del ex Whitney Museum, hoy Met Breuer y una estructura tipo red inspirada en el Grand Palais de París. Como puede observarse en esta y en todas las obras de la artista, los protocolos constructivos de la arquitectura son reemplazados por imágenes abstractas atravesadas por el sinsentido.

Las pinturas se exponen sobre una estructura amorfa hecha de placas de madera y no sobre una pared o muro perimetral convencional. Se cuelgan a través de una disposición libre: cuadros en distintas alturas, suspendidos en el espacio, desplazados del centro del plano de fondo, tocan el piso o sobresalen a los lados de las placas. Esta exposición incorpora una nueva variable en el derrotero deconstructivo de la artista: la expansión del espacio informe de las pinturas al espacio tridimensional.

La articulación de un centro inhabitado funciona como laboratorio de experimentación. Aquí podemos descubrir que a Luciana Levinton, tal como a los chicos, le gusta derribar torres hechas de cubos para luego volver a armarlas una y otra vez. ¡Cuidado! Siempre en el universo de la artista el espacio y todos sus elementos se encuentran en construcción.

Última fecha

dom

28

mayo / 2017

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