La consigna es clara: juntarse a crear. Poesía, música, dibujo, pintura... Juntarse a jugar. Andar solo, irse pa´dentro y salir a compartir con los demás. Tiene el espíritu de un cadáver exquisito, de un ritual trival, de taller o laboratorio de ideas. El día es el domingo, un día apocalíptico si los hay, el fin del finde. Hay invitaciones en las mesas: crear nuevas palabras con nuevos significados, buscarle la historia a un objeto, continuar el dibujo de otro, masticar frases y con eso escribir algo... Hay música por todos los rincones de la casa. Las palabras se desparraman por el piso. Al final de la noche, todos somos una gran tribu de antidominguistas artesanándose, haciendo quilombo del lindo, vibrando en una misma cuerda.... por que hay que hacerse el tiempo para escuchar, como dice Octavio Paz, la otra voz, la poesía, que está en el fondo del hombre más común.

Última fecha

dom

7

diciembre / 2014

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