A principios de los 80, Pierre Durand abandona la abogacía para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión: el salto de obstáculos a caballo. Apoyado por su padre, lo apuesta todo a un joven caballo en quien nadie cree: Jappeloup. Demasiado pequeño, extraño, imprevisible, lleno de defectos aunque también de extraordinarias cualidades. Prueba tras prueba, el dúo progresa, imponiéndose en el mundo de la equitación. Llegan entonces los JJOO de Los Ángeles, que tendrán un resultado inesperado.

Última fecha

mar

15

noviembre / 2016

También te puede interesar