En el marco de la celebración del IV Centenario de la muerte del Greco (1541-1614), el Museo Nacional de Bellas Artes presenta esta exposición homenaje al artista en la que podrá verse el óleo Las lágrimas de San Pedro de la colección del Museo del Greco de Toledo, como obra invitada gracias a la colaboración de Cooperación Española y de la Embajada de España/CCEBA.

Cuando en 1936 Jesús en el huerto de los olivos de Domenico Theotocópoli, el Greco, ingresó al Museo Nacional de Bellas Artes era una de las obras más relevantes de un maestro antiguo perteneciente a su acervo y, desde entonces, ha integrado los distintos guiones curatoriales de la colección permanente. Hoy, a 400 años de la muerte del artista y, a casi 80 de aquel acontecimiento, el museo se une a los homenajes internacionales dedicados al pintor con una exposición centrada en tres de sus óleos de temática religiosa.

El Greco entendía que la pintura era un arte superior y como tal le permitía tanto la aproximación a lo real y su representación, como la plasmación de lo imposible, esa otra realidad que se escapa a los sentidos -epifanías, encarnaciones, milagros- que inevitablemente abordaba con un canon de proporciones alargadas, y originales contrastes de luz y color, alejado del modelo establecido, como puede verse en las tres obras del artista presentadas en esta oportunidad. Jesús en el Huerto de los Olivos del MNBA, Jesús con la Cruz a cuestas, de la colección del Museo Nacional de Arte Decorativo y, la pieza proveniente del Museo del Greco de Toledo y prestada especialmente para esta ocasión, Las lágrimas de San Pedro, dialogan con las de sus contemporáneos Luis de Morales, Francisco Pacheco y Mateo Cerezo.

Se presenta además un conjunto de pinturas de artistas españoles pertenecientes a la generación del 98, óleos de algunos de sus miembros que, en la transición hacia el siglo XX, revalorizaron la figura del maestro griego.

Curaduría: María Florencia Galesio.

Última fecha

dom

1

marzo / 2015

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