La elegancia de la música los sedujo desde la niñez, primero el rock, después el funk y más adelante, inevitablemente, la música exótica de la zona geográfica donde se criaron: el Caribe, que grita en su cuero de tambor y el volumen del picó (pick up o soundsystem). Esa elegancia -que según el imaginario colectivo de quienes sustentan la música, es pagana, chabacana, champetúa, “nada que ver”, ñera, fea, de pobres, de negros- nos hace entender que hacer música independiente y con identidad propia en una ciudad sesgada por el capitalismo salvaje es una gran osadía.

Hoy, son un grupo ermergente, con un sonido brillante y fresco, bien recibido por un público “underground” de diversas nacionalidades, que ha dado que hablar a la prensa especializada, por su interesante forma de mezclar letras con sentido y música, que aunque no quieras te hacen bailar.

Última fecha

mié

8

noviembre / 2017

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