Los cuartetos de cuerda de Schubert y Schumann constituyen dos de las obras maestras del romanticismo alemán. La Muerte y la Doncella de Schubert debe su nombre al lied que inspira al segundo movimiento. El cuarteto fue compuesto en un momento difícil de la vida del compositor, y posee un dramatismo y profundidad remarcables, que hicieron de la obra una de las más célebres para esta formación. Schumann mismo apreció la genialidad de esta obra, y compuso a su vez tres cuartetos de cuerda en 1842, un año casi exclusivamente dedicado a la música de cámara. De sutilezas exquisitas, el cuarteto se destaca por su tema con variaciones del segundo movimiento (que reemplaza al usual scherzo).

Por su parte, Schumann estudió la obra de Mozart, Haydn y Beethoven en este género, pero su espíritu se relaciona más con los cuartetos de su amigo Felix Mendelssohn, a quien le dedicó sus tres cuartetos Op. 41.

Última fecha

dom

21

mayo / 2017

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