En el taller se intentará superar el miedo al ridículo y así descubrir el propio clown. EI clown es esa parte de cada uno, (el propio ridículo) que hace reír y emocionar a los demás. Para conseguir este objetivo, es necesario abandonarse, auténtica y generosamente. Querer hacer reír a una audiencia, esperar con júbilo su reacción, y tomar conciencia de que nadie se ríe. ¡Ahí está el ridículo! Una buena experiencia para nuestra dignidad, un verdadero y molesto sentimiento. Ignorarlo, esconderlo, no servirá de nada, es evidente, y es una de las primeras experiencias para quien quiere hacer reír. El clown sin saber, sin comprender, cree en todo e intenta hacer todo bien, de un modo tan extremadamente positivo, que queda fuera de la sociedad. Un antihéroe que reencuentra la inocencia, la simplicidad, y una conciencia madura de la infancia. El curso de clown permite reencontrar esta esencia y ante todo divertirse. El clown trabaja con la materia prima que alimenta la actuación: libertad de juego, imaginación en el cuerpo y poesía. Es un actor instrumental que, conociendo sus posibilidades, opera sobre la escena con su propio universo, percibiendo la esencia de los personajes que interpreta. Así Shakespeare, Molière, Chejov, Beckett... serán enriquecidos gracias a la irreverente falta de solemnidad del clown. Puntos de trabajo: La proyección, impulso físico y psíquico. Miedo al vacío - Vulnerabilidad - Estados y pasiones. Positividad extrema. Calma y complicidad. Transposición poética. Necesidad trágica del clown. La práctica de la improvisación constante.

Advertencia: Hay varias categorias de personas a las que no se les recomienda el ingreso a este taller. entre ellas: a los enfermos de solemnidad, a los serios patologicos, a los vanidosos poseedores de toda sabiduria del mundo, a los adultos recalcitrantes, a los amargos críticos, y a los hipercríticos abrumados por el peso de su inteligencia. Si alguna de estas personas llega al taller, es probable que se sentirà, o muy incomodo, o muy a gusto, ya que nos destartalaremos de risa con ellos. Por eso, para disfrutar del taller es necesario armarse de una gran dosis de profunda tonteria, de recuperar la espontaneidad, de ser capaz de liberarse de las cicatrices de la madurez. La cuestion es clasificar menos y disfrutar más.

Para actores y estudiantes avanzados de actuación.

Quiénes

Docente: Gabriel Chame Buendía //

Última fecha

vie

25

enero / 2019

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