Andrés Bazán Frías nació en el barrio Los Siete Lotes, Villa Alem, en San Miguel Tucumán a finales del siglo XIX. Rodeado de pobreza, comenzó a robar comida para repartir entre la gente de su barrio. En 1923 fue asesinado por la policía cuando intentaba trepar un muro del Cementerio del Oeste. Hoy está enterrado en el Cementerio del Norte, camposanto de las clases populares tucumanas. Convertido en una suerte de Robín Hood tucumano, santo de los presos. Un siglo después de su muerte, los internos del Penal de Villa Urquiza deciden formar parte de un taller para actuar la vida de este bandolero. En el seguimiento de su representación logramos identificar puntos en común con la vida de Bazán. Allí, en una cárcel sobrepoblada, la historia de este rebelde es reconstruida por hijos de la marginalidad y la suntuosa diferencia entre clases sociales. Juntos, los que hacemos esta película (en particular una de la actrices que forma parte del grupo y nos va contando su experiencia) y ellos, nos preguntamos si quienes quiebran la ley son, todavía hoy, rebeldes contra el sistema.

Última fecha

mié

5

junio / 2019

También te puede interesar