Una mujer se lanza al abismo del universo lorquiano, ceremoniosa y poética va por un laberinto de nostalgias y angustias. Como un ángel narra, canta, recita, grita, susurra la calamidad de la soledad. Ella es canción, es hombre y es amante sin amante. Sus palabras se funden con la danza, y los objetos invaden la escena como pequeños trampolines invisibles a través de los cuales el duende juega con el amor desafortunado y desafía a la muerte.
Dirección: Horacio Medrano. Escrito e interpretado por Andrea Juliá